El sindicalista que bebe horchata
La gente ha estallado, hay pintadas por todas las calles. Dice el tonto de los cojones del sindicalista liberado que explica que la ciudad de Valencia es un polvorín político a cuenta del caso Gürtel y que el pueblo no aguanta más tal corrupción y se le llena la boca con tales mamarrachadas. Pues como no las hayas pintado tú, gilipollas, pienso en voz alta.