El Rey llama a preservar la convivencia, pide diálogo y ejemplaridad y alerta de "hastío" por la tensión política y se olvida de la corrupción sanchista.
Pone como ejemplo lo logrado en la Transición y apuesta por "voluntad, perseverancia y visión de país" frente a desafíos Advierte de que en democracia las ideas propias no son "dogmas" y solo se avanza "con acuerdos y renuncias"