El sindicalista que bebe horchata

Porque tiempo te sobra porque no pegas un palo al agua y me juego el cuello a que no te acuerdas ni de cómo encender el ordenador de tu abandonado puesto de trabajo. Y el que habla es uno de esos que pertenecen a un sindicato mayoritario de los que callan como putas que cobran por adelantado de un gobierno que ha encontrado la cortina o mejor la alfombra con la que tapar la cantidad de mentiras que ha estado escupiendo por boca de los salgados y los solbeses y los demás. Porque de estos encuentros con tales sinvergüenzas que encima se creen que defienden tus intereses es de donde sacas las conclusiones de que las cosas son como son y no como deberían y que por qué no me afiliaría yo a alguno de éstos para pasarme la semana laboral de ruta y durmiendo en eneaches cobrando como si trabajara.

Estos en los que su extraordinaria capacidad de presunción no abarca la de inocencia pero que son capaces de imaginar una ciudad en llamas con barricadas en las calles y al lumpen asaltando el palacio de invierno para darse así más placer que autoestrangularte mientras lo haces  solamente porque al pasar por la calle de la Linterna han leído en una pared "Camps, dimite" en una pintada que, además, seguro que llevaba ya años decorando el muro y que nada tiene que ver con los últimos acontecimientos. La defensa de los intereses económicos y sociales de los trabajadores para otro día, pensarán que tiempo de sobra habrá. Es la presunción de inocencia algo tan sutil que para romperse no más que necesita de que alguno de éstos que siempre la tienen en la boca la abra, la bocaza digo. Y de aquí a que se convoque un comité ejecutivo para expulsarte del partido van dos telediarios. Uno si es el de el hermano del ministro. Y encima no te ha dado tiempo ni a disfrutar del Lexus, del Acura o del Infinity porque te la has pegado y eso con lo bien que quedarías llegando con un cochazo tal a la alfombra roja de un cine de hipermercado para ver como se reescribe la Historia de la Humanidad mientras lo aparcas junto a un Faro de Alejandría de cartón piedra.

En el espacio relativo de nuestra realidad política como te descuides pasas de posar junto al gobernador de Nuevo México a ser disparado desde una cabina de tiro al blanco por tus propios compañeros de ejecutiva en un plis plas. Ejecutiva ejecutora, que bien. Decía Luis Martín Santos en su brillante Tiempo de Silencio: "Mídase la boca de un lobo con la boca de un hombre y se hallará que es cuatro veces más grande y que la parte de paladar, sonrosada en la boca del hombre es en el lobo, por el contrario, de un alarmante colorido negruzco".

Sin embargo, cuánto más daño puede hacerse desde una boca humana. Pues eso es lo que he querido decir, que a los niños mimados a los que se reían todas las gracias en el PP de Valencia les va a doler ahora mucho la tripita y me alegro, pero que llegaremos al veinte por ciento de paro y que aquí amigos míos como el que ha hecho que escriba estas líneas no habrán convocado ni una sola huelga general en este salón de los espejos del circo que es España.