
En la España profunda ¿a quien llamaban el tonto del pueblo?
En la Cantabria profunda y rural era habitual un personaje conocido por todos como “el tonto del pueblo”. Era una figura entrañable, popular y querida por sus convecinos. Su función era llenar esos momentos en los que “no pasaba nada”, en los que el tedio se apoderaba del lugar con ocurrencias divertidas y sorprendentes. Así, conseguía desterrar el aburrimiento de los lugareños.