España no puede seguir haciendo el ridículo a gran escala. Con Sánchez se ha venido abajo todo el trabajo duro y el sacrificio que se había hecho estos años pasados
Imagínense, amigos lectores, qué pensarán las familias, cuyos hijos estudian actualmente en alguna de esas universidades donde el profesorado se brinda a componendas
Sorprende que Pedro Sánchez tomara el poder con el apoyo de lo menos atractivo para la sociedad democrática: independentistas, nacionalistas radicales, proetarras, republicanos de salón y mareas mareadas, etc.Vista la situación que vive España en este momento, no me cabe más que aconsejar cuanto recomendaba García Lorca: "Mira a la derecha y a la izquierda del tiempo y que tu corazón aprenda a estar tranquilo".
Es tanto lo que se ha escrito de diez días a esta parte que ya no es preciso aclarar que Tabarnia es una broma sobre una hipótesis de unificación entre Tarragona y Barcelona
También hay que ver culpabilidad entre aquellos que se escondieron y no denunciaron los desmanes independentistas, por simple comodidad o por cobardía.
No hay más que ver cómo hace unos días se intentó explicar a los niños (la verdad es que se hizo de forma burda y torticera) qué son “presos políticos”.
“Es el Gobierno de Mariano Rajoy el que está dilatando innecesariamente la aplicación de la ley y consintiendo al `Govern` todo tipo de vulgaridades, desmanes y excentricidades,…”
¿Pueden ser más mediocres y erróneamente endiosados algunos dirigentes de ‘Podemos’? No, doy fe de ello. ¿Se puede ser más bruto y cutre en los planteamientos y aspiraciones políticas? No, doy fe de ello. Pero, como si nada e inconscientes de su diario ridículo, siguen a lo suyo, aunque lo peor de todo es que haya gente capaz de seguir ese mismo camino.
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