Noticias de Cantabria
Opinión 08-05-2019 17:00

Penitencia del PP en Castilla y León, por Jesús Salamanca Alonso

Fernández Mañueco es el resultado de un fracaso pleno durante años que, según nuestros datos, puede llevar al PP a besar el polvo.

 

Tiempos de crisis y de identidad en el Partido Popular de Castilla y León. Tres décadas viviendo con excesiva tranquilidad y, llegado el año 2019, el partido de la "derechita cobarde" no tiene líder, salvo que pretendan llamar líder al "incendiario" de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco. ¡Qué diferencia entre el charro y el todavía presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera! No hay color: Herrera Campo arrastraba al votante y `destrozaba` al contrincante político con su verbo y sus reflejos, además de su conocimiento de la comunidad, al revés de cuanto sucede con Mañueco.

Desde hace meses existe una tremenda preocupación entre los votantes y los militantes del PP en Castilla y León. Incluso se sienten culpables, al no haber sabido fabricar un líder capaz de aglutinar voluntades; esa incapacidad la demostró durante aquella legislatura en la que fue Consejero de Justicia: nada de nada, tiempo perdido y muy mala fama acumulada. Ni siquiera está demostrando tener cintura política con Ciudadanos y tampoco con sus correligionarios. Fernández Mañueco es el resultado de un fracaso pleno durante años que, según nuestros datos, puede llevar al PP a besar el polvo.

Decenas de comparecencias pendientes en las Cortes ponen de manifiesto que ya no interesa a nadie del PP lo que queda de legislatura. Están todos como locos por hacerse un hueco para la próxima legislatura, dándoles igual que sea en las Cortes, en diputaciones, ayuntamientos, comisiones... Además, también los de abajo están que trinan. Ahí tienen a los asesores y técnicos de las distintas consejerías que ya no viven desde hace meses; tienen miedo a perder su cargo, prebendas, ventajas y señoriteo. No hay más que acudir a la cafetería de la Consejería de Educación. Allí se masca la tensión y la preocupación por seguir en el machito aunque se sea un incompetente y gaznápiro. Y no solo en esa consejería.

Recientemente me contaba un compañero de fatigas que algunos funcionarios, que están subidos en la escalera de la administración regional desde hace 20 años, se han dado de baja del PP y de alta en Ciudadanos-Castilla y León. Eso es que `huelen sangre`, desasosiego, pérdida de credibilidad y fin de la libre designación. Las encuestas dicen que el PP de Castilla y León perderá dieciséis diputados en las Cortes de la comunidad y esos se repartirán entre Cs, Vox y el PSOE. Lo único positivo para el PP es que las encuestas pronostican que sí recuperará el ayuntamiento vallisoletano por encima de la mayoría absoluta, labor de la que no es ajena Pilar del Olmo, consejera de Hacienda de Juan Vicente Herrera durante dos legislaturas.

Nunca tantos incapaces hicieron tanto daño a una bendita comunidad que pierde población a chorro, servicios vitales y economía estable. Nunca todos esos deberían haber estado en altos cargos de la administración regional porque jamás se preocuparon de la despoblación, como tampoco se preocupó la oposición aunque ahora socialistas, miembros de UPL, Podemos y Ciudadanos quieran hacernos ver que han trabajado y han luchado por evitar esa sangría de población. Pero, no, no han movido ni un dedo más allá de su sueldo, sus productividades, sus pequeñas corrupciones, sus chantajes a la ciudadanía y sus deméritos permanentes. ¡Que se vayan, pero que se vayan, ya!

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