TATUAJES. Miguel Lopez Sintes

Hace unos días vi a una chica, jovencita pero no en exceso, colmada de tatuajes por todas las parte visibles, y lo que me hace suponer que igualmente estaba en todas aquellas partes no visibles. La primera sensación es de molestia pensando en el numero de pinchazos que se han de soportar en muchas partes del cuerpo especialmente sensibles, para recoger toda una amalgama de dibujos, signos, lemas y un largo etc. Después del impacto entras en el análisis para intentar comprender las motivaciones que te llevan a soportar toda esa escabechina en nuestro pelaje.
En mi memoria, ya un poco prolongada, los tatuajes tenían una escasa presencia en la sociedad, y podemos decir que se circunscribían a ámbitos relativamente concretos, por un lado, ambientes náuticos, por otro la milicia y un tercero relacionado con lo que se denominaba bajos fondos. En el entorno marino parece ser que en aquellos tiempos el cruce de la línea ecuatorial o el paso del cabo de Hornos se solía celebrar dejando constancia con un tatuaje de una tortuga, recordamos los más veteranos al abuelo de nuestro Rey actual, Don Juan que lucía en el antebrazo un tatuaje de un velero. En el ámbito de la milicia todos hemos visto tatuajes especialmente en aquellas unidades singulares como La Legión, que establecen de esta manera un vínculo de pertenencia. En el tercer ámbito que he denominado bajos fondos, también posiblemente se establecían los tatuajes como un síntoma de colectivo marginal.
Y en el entorno actual la proliferación de tatuajes sin una adscripción a un colectivo, grupo o sexo especifico, creo que nos lleva a buscar otro tipo de motivaciones. Hay unos claros referentes en el mundo deportivo que no cabe la menor duda marcan una tendencia, podemos añadir otro importante colectivo de grupos musicales o algunos sectores de moda. Pero creo que en muchos casos, por no decir que la mayoría, se ajusta a la necesidad de diferenciarse dentro de esta sociedad, donde se produce una uniformidad como consecuencia de unos consumos y comportamientos muy genéricos
Es una opinión muy personal, y por supuesto alejada de estudios sociológicos que de existir desconozco.
Lo que dudo es del convencimiento de su permanéncia en el tiempo, en muchos de sus usuarios. Todos evolucionamos y mas de un mensaje tatuado dejara su vigencia por no decir su rechazo. Hay dibujos realmente notables, pero dudo que más de uno que porta esos símbolos en caracteres orientales, conozca su significado. La eliminación parece que entraña dificultades al margen de un elevado coste. Como para cambiar de amor ¡¡¡.
Y por último, parece que en determinadas zonas implican riesgo para intervenciones médicas.
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