El PSOE está muerto políticamente, Sánchez tiene que dimitir. Carlos Magdalena

El presidente no sabía nada, ese es el slogan de Pedro Sánchez Pérez Castejón. Pues si el presidente no sabía nada lo que tiene que hacer inmediatamente es dimitir por inútil y por desconocer que sus íntimos colaboradores se estaban forrando delinquiendo y aprovechando su posición en el partido o en el Gobierno. Todos sus más íntimos colaboradores han sido imputados y Cerdán recién salido de la cárcel en espera de juicio. La situación política es insostenible y solamente la complicidad de sus socios de Gobierno mantiene a Sánchez sin convocar elecciones.

La degradación es total en la política española porque incluso la esposa del presidente y su hermano están imputados y a punto de ir a juicio. No son inventos de una oposición malediciente, son realidades que están en los juzgados.
¿Ya no existe dignidad en el PSOE para pedir al presidente que dimita? Estamos hablando de corrupción pura y dura, trama corrupta, de robar y robar con total desfachatez. Por otro lado además en breve se ventilará la financiación ilegal del PSOE pero Sánchez tampoco sabía nada, su slogan.
La tesis que siguen los analista es que esa trama corrupta además de los beneficios personales de cada uno de los implicados también daban dinero al partido, al  PSOE, para que así todos sacasen beneficio y con  el presidente a la cabeza "que no sabía nada", mirase para otra parte. Sólo es una tesis pero ahí lo dejo.

El presidente Sánchez debe de dimitir de forma urgente por lo dicho anteriormente, por cesación  de sus obligaciones, por permitir que sus dos máximos colaboradores con los que despachaba a todas horas y minutos con él no se haya enterado, o tal vez si se ha enterado y no haya querido darse cuenta, o incluso ha participado en esas corrupciones por activa o por pasiva.

El PSOE tiene que tener dignidad y pedir a su presidente y Secretario General que dimita y convocar de forma urgente, con un nuevo presidente, Elecciones Generales. No le queda otra a este país o lo que queda de él, y cuanto antes mejor para que España no se convierta, aunque pudiera estarlo ya, en un pozo profundo de mierda de difícil regeneración.

¡Tonto el último que no robe!.

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