Huele a elecciones generales que apesta. Carlos Magdalena Menchaca

Pero existe un freno fundamental para no celebrar elecciones, que no le dejan convocarlas sus socios comunistas, independentistas, ultraizquierda y demás congéneres, amén de los asuntos judiciales familiares.

Sánchez parece que está muerto pero no lo está, se deja llevar, se ha dejado todas las plumas por el camino y Sánchez ya no es Sánchez es Otegi, Puigdemont, Yolanda Díaz y los vascos. Ha perdido el mando, Sánchez desde hace mucho ha llegado al final del camino y él lo sabe que para eso se dio unos días de reflexión y mantuvo a todo el personal de la corrupción y socios temblando.

El país está enfangado y los ciudadanos deseosos de pasar página, de dejar a un lado a Sánchez, a su mujer, a su hermanísimo, a Cerdá, a Ábalos y Koldo con sus mensajes soeces y sus putas, chistorras, soles y lechugas y de un largo etcétera Para acabar con lo anterior se precisan elecciones generales, que la gente vaya a votar y vote. Sánchez se encuentra a la deriva, dice lo que no piensa y está a merced de lo que pueda salir todavía de la caja B del Partido Socialista Obrero Español. Ábalos puede hablar todavía porque en definitiva él sabe todos los intríngulis de la caja B y de la financiación ilegal del Partido Socialista, entre otros asuntos.

Si no hay elecciones esto irá creciendo y creciendo como una gran ola y se va a llevar a todos por delante y a España también porque esto no es Gurtell o Bárcenas, es mucho más. La banda de los 22 creían, ya no tanto, que se podían llevar por delante a los jueces con la ayuda de Pumpido, pero eso tampoco es posible. El sistema judicial español ha aguantado los embates de esta clase política corrupta y si se mantiene el Poder Judicial en su sitio el desenlace no es otro que se impute a Pedro Sánchez cuando proceda porque no es la X como lo fue Felipe González en su día es el puro vértice de la corrupción. Responsable directo de todo lo que está ocurriendo en este país con unos socios impresentables. Cuanto más tiempo pase más se irá descubriendo y lo que puede ser un juicio normal se puede convertir en el gran juicio contra el Partido Socialista Obrero Español, siendo los 22 ministros los primeros imputados.
El hedor es insoportable, no se pueden esconder en el ?yo no sabía? o en qué todo lo manejaba Sánchez. La ola judicial puede acabar con todos ellos.

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