Sin filosofía se construyen retrasados. Por José Antonio Avila López
Conceptos que aprendí...
Deberían hacerse públicos los nombres y merecimientos académicos de los funcionarios que en su día decidieron eliminar la Filosofía de la ESO. Debería hacerse un análisis público de esa medida con profesores, filósofos en ejercicio, periodistas, sociólogos... Y también otro de la deriva actual de los estudios humanísticos, que parece propiciada por una mentalidad enfocada a la tecnología, al pragmatismo finalista de cara al mercado laboral, a la cultura del mínimo esfuerzo y a la igualación del alumnado por lo mediocre y no por la excelencia. Eliminar la filosofía fue penalizar el pensamiento crítico, ignorar la inteligencia y la facultad de entender y gestionar la propia vida, de adquirir un sistema de análisis basado en principios éticos. Estamos haciendo un país de «retrasados», es decir analfabetos verticales, que llegarán inermes éticamente a la educación universitaria.
Allá, en las profundidades de la crisis global está la crisis educacional, que influye en todas las demás de una manera indirecta pero eficaz : «en la medida en que se recorta el presupuesto asignado a las disciplinas humanísticas, se produce una grave erosión en las cualidades esenciales para la vida misma de la democracia». Quizá aquí radiquen las «razones» que instigan a la supresión filosófica : limitar la capacidad crítica de los jóvenes para hacerlos ciudadanos mucho más manipulables. ¿De verdad las autoridades educativas creen que puede resultar rentable una generación de retrasados? No recuerdo quién dijo eso de que «la filosofía da al ser humano la capacidad de retirar el velo que el hábito teje entre nosotros y la vida». La filosofía enseña a pensar y a vivir. Así ha sido en los últimos treinta siglos como mínimo. ¿Y no es ese, uno de los más importantes fines de la educación?
José Antonio Avila López
45462148-A
Asesor político y corrector de textos
Ex concejal Ayuntamiento Rubí
Telf. 661.07.14.76
08191 Rubí (Barcelona)
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