El concierto de Hendrik Rover que vivimos el pasado viernes 29 de octubre.

Poco a poco el respetable se fue llenando hasta el punto de cubrir prácticamente toda la sala. Todos estábamos allí para ser testigos de  la presentación oficial del  segundo disco de este experto cantautor, esta vez sin la descarga eléctrica a la que nos tiene acostumbrados al frente de Los Deltonos.

Como en todos los conciertos habidos y por haber,  este no iba a ser menos, Hendrik decidió hacer aparición unos quince minutos más tarde de la fecha programada. Tras entrar como un vaquero en un Saloon del oeste , únicamente enfundado con su guitarra Martin y un puñado de armónicas , Hendrik toma lugar ante nosotros y dispara con el single de su último disco , ´´No temáis por mi´´ .

Acto seguido se van sucediendo canciones como  la fronteriza ´´Mi mansión´´, la frágil ´´Adiós´´, la animada ´´Cambio de aires´´ y la evocadora ´´Tren´´, esta última surgida como consecuencia de un recuerdo de la juventud de Hendrik.
 
La versatilidad de Rover con la guitarra es indiscutible y las canciones no dejan de sucederse, siendo coreadas por parte del público en un tono bajo para no quebrantar la tranquilidad de la estancia a la que nos habían sometido las canciones. También hubo espacio para algunas versiones de artistas de raíz americana admirados por Hendrik  y que seguramente eran desconocidos para la mayoría de los asistentes.

Desde la última vez que vi a Hendrik, y de esto hace poco, he de reconocer que ha mejorado notablemente, ha sabido “domar” mejor la respiración de las canciones, lo cual siempre es difícil cuando uno se presenta ´´desnudo´´ ante el público.

Tras más de una hora de concierto, Hendrik decide empezar a despedirse, no sin antes conceder peticiones al público. No hubo ocasión para la acusadora ´´Lo siento´´, demandada por servidor (y seguro que algunos más, aunque fuese mentalmente), pero si hubo cabida en cambio para la magnífica ´´Lunes´´, canción impregnada de un estilo que solo Hendrik sabe manejar de manera efectista y personal (solo él, y un tal Josele Santiago en sus mejores momentos).

 Hendrik desaparece del íntimo escenario y tras el clásico amago de todos los artistas de hoy día, vuelve a aparecer para conceder el primer bis. Aparece así la acertada ´´En resumen´´ para ir cerrando poco a poco el telón. Tras conceder otra petición de canciones, y notar un desvío de preferencias en el público, Hendrik decide seguir recitándonos material de su propia cosecha. Llegó así la segunda retirada malograda del escenario debido a que toda la audiencia pidió más canciones, éste no discutió y volvió para esta vez sí, despedirse , agradecer a todos por acompañarle y dispararnos su última bala con ´´Me and Bobby McGee´´ de Kris Kristofferson.

Una vez más, cumplió con su oficio, contar historias de la manera más bonita.