El matrimonio acusado de llamar negra a una mujer negra lo niega: "Les tengo mucho respeto"
La denunciante se reafirma en lo dicho y manifiesta: "Sé que soy negrita, pero no tengo la culpa de tener este color"
El matrimonio acusado de insultar a una mujer negra en la cola de un supermercado de Cantabria durante la pandemia ha negado este miércoles las expresiones que les imputan en el juicio contra ambos, en el que han asegurado que "nunca" se refirieron a la denunciante con palabras relacionadas con el color de su piel o su procedencia.
"Les tengo mucho respeto", ha destacado la procesada, de 71 años, en alusión a los extranjeros o personas de otra raza. Según ha indicado, no dijo "nada" a la denunciante, sino que se limitó a comentar con su marido el trato "degradante" de ella hacia dos personas a las que cuidaba. Y él, de 72 años, ha señalado que solo se dirigió a la mujer porque le pareció "muy mal educada" con su esposa a la que, en su opinión, estaba "faltando" al respeto.
Por su parte, la víctima -de nacionalidad dominicana- se ha reafirmado en lo manifestado en su día ante la Guardia Civil y en fase de instrucción, agregando que le hirieron sus "sentimientos" y que se sintió "humillada". "Yo sé que yo soy negrita, pero yo no tengo la culpa de tener este color", ha expresado en la vista, celebrada en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial por delitos de odio.
Tras el plenario por estos hechos, que tuvieron lugar el 16 de septiembre de 2020 a las puertas de un establecimiento de Liendo, todas las partes han elevado a definitivas sus conclusiones, de modo que la fiscal del caso ha mantenido su petición de seis meses cárcel y multa de 1.800 euros a cada uno de los cónyuges, por lanzar expresiones despectivas y atentar contra la dignidad de una persona por su raza y por su origen nacional.
Según el escrito de la acusación pública, cuando la pareja estaba haciendo cola para entrar a comprar pan al local, llegó la denunciante y, ante los "gestos de incomodo" que hizo la procesada, ésta le dijo que no la iba a tocar, a lo que la primera le respondió: "no me confío de los negros extranjeros".
A continuación, el hombre también se dirigió a la mujer, "en alta voz con gestos agresivos, con intención de humillarla y con una evidente intolerancia contra las personas de otra raza y otra nacionalidad", según la Fiscalía, que concretó que expresó "negra de mierda, que le den por culo, subnormal, váyase a su puto país, vaya a infectarles allí".
Por eso, también pide que ambos sean inhabilitados para profesión u oficio en el ámbito educativo, docente y de tiempo libre durante cinco años y que indemnicen con 500 euros a la víctima, que ejerce la acusación particular y eleva esa cuantía a 2.000 euros.
A juicio de la fiscal, lo que suscitó el altercado fue el "acercamiento" de la denunciante a la denunciada y el "eje" sobre el que pivota el incidente es "la raza" de la mujer negra, que motivó un "ataque directo e injustificado".
El abogado de la acusación particular, que ha expresado sus "dudas" sobre la declaración del matrimonio y del testigo propuesto por la defensa, considera que marido y mujer profirieron expresiones "muy denigrantes y degradantes" basados en la condición de extranjera de una persona y que vulneran derechos fundamentales.
Mientras, la letrada defensora, que también ha apreciado "contradicciones palmarias" en las declaraciones practicadas en la vista y en relación con las tomadas durante la instrucción -y una diferencia "muy grande" entre las expresiones referidas entonces y ahora, como "negra" o "sudaca"- cree que los hechos denunciados no se cometieron o no así.
En todo caso, a su modo de ver, serían "insultos puntuales" o vejaciones injustas de carácter leve, que no tienen que ver con la raza, pero no un delito de odio, que requiere "conductas mucho más graves", por lo que se ha preguntado si no es "desproporcionado" el juicio celebrado por los hechos denunciados.
Y en caso de condena, la defensa ha pedido que se aplique la atenuante de dilaciones indebidas muy cualificadas, pues han transcurrido tres años y medio para una instrucción que no es "muy complicada".
VERSIONES CONTRADICTORIAS
El juicio ha quedado visto para sentencia y ha estado marcado por las contradicciones entre ambas partes, así como de los dos testigos que han comparecido: un vecino del supermercado, que sí oyó "insultos" del marido a la denunciante, y otro hombre que estaba dentro de su coche aparcado en el lugar, para quien hubo palabras "un poco altas" pero no "despectivas".
Por su parte, la mujer denunciada ha relatado que cuando estaba con su esposo en la cola para entrar al supermercado le llamó la atención el trato "desagradable" de la denunciante hacia dos señoras -madre e hija, la primera enferma y la segunda con discapacidad- a las que cuidaba y lo comentó con él.
Según su versión, la mujer había sentado a ambas personas a su cargo en unas escaleras y las indicó que no se movieran de allí hasta que ella regresase, advirtiéndolas -según ha rememorado la denunciada- de que "ya sabéis como me las gasto".
Ha proseguido que después se dio la vuelta y la denunciante estaba "muy cerca" de ella -en una fecha en la que había que guardar distancia de seguridad por el Covid- por lo que se "sobresaltó", intercambiando a continuación unas palabras durante las que le pidió que no insultara, pues en su opinión estaba teniendo un comportamiento "agresivo", "un poco subido".
El hombre ha apuntado que solo se dirigió a la denunciante por su "mala educación" y el altercado con su esposa, pero ha negado haberla insultado por su color de piel. Así, no entiende que en la denuncia venga "la palabra negra cuando yo no veo ninguna negra", ha argumentado. "En 72 años nunca he tenido una situación de este tipo", ha remachado.
De su lado, la denunciante ha ratificado que al pasar al lado de la mujer ésta se "impresionó" al verla y se "sobresaltó mucho", expresando que no "confía en los extranjeros", a lo que ella le replicó "piensa el ladrón que todos son de su condición".
Entre tanto, el marido "casi" se le echó "encima" con "un bastón", a lo que la cónyuge le replicó: "no vale la pena, vete a tu puto país, negra de mierda, que has venido a matar el hambre a España". Por todo ello, dos semanas después de los hechos interpuso denuncia que, a entender de la defensa, podría deberse al "miedo" a que tras el altercado en el supermercado trascendiese el trato dato a las señoras a las que cuidaba y eso perjudicase su situación laboral.
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