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Actos y Exposiciones 16-07-2019 10:00

AMALIA AVIA Y LUCIO MUÑOZ. “La pintura en el centro”

 

Observatorio del Arte de Arnuero
20 julio a 18 de agosto
 

La exposición “Amalia Avia y Lucio Muñoz. La pintura en el centro” está planteada como una conversación entre estas dos figuras fundamentales del arte español de la segunda mitad del siglo XX, que además fueron pareja. La pintura abstracta de Lucio Muñoz (1929-1998), de fuerte presencia material, estuvo siempre impregnada de la expresividad y el lirismo de la naturaleza. El trabajo realista de Amalia Avia (1930-2011) atendía principalmente a la ciudad, tanto a los exteriores solitarios y marcados por el paso del tiempo como a unos interiores tratados con mayor ternura. Eran planteamientos estéticos diferentes, de igual modo que fueron diferentes los estudios en los que trabajaron, quizá lo único que Amalia Avia y Lucio Muñoz no compartieron en sus vidas. Sin embargo, más allá de las diferencias, existían puentes entre su pintura, una conexión plástica (en las texturas, en los encuadres, en los tonos) que esta exposición explora con una pequeña selección de obras muy representativas de ambos, algunas de ellas emblemáticas. Porque, después de todo, la pintura, gracias a la cual estos dos artistas se conocieron y enamoraron a mediados de los años 50, estuvo siempre en el centro de sus vidas.


INAUGURACIÓN


Sábado 20 de julio a las 19:30 h. en el Observatorio del Arte de Arnuero


-   Presentación del libro “La casa de los pintores”, el relato personal, lleno         de emoción y amor, de estos dos artistas contemporáneos de primer nivel, vistos a través de la mirada de su hijo, el escritor Rodrigo Muñoz.(*)
-    Presentación de la exposición
- Finalizamos el evento con las travesuras musicales de ARRANCACORAZONES.

(*) «En este libro hablo de quiénes fueron mis padres y cómo fue mi vida con ellos. Uno debe escribir de aquello que más sabe, debe compartir, de la manera más honesta que sea capaz, la mejor historia que lleve dentro. En este momento esta era mi mejor historia, la de mis padres, la de mi origen.
»Siempre he creído que en buena parte estoy hecho de pintura. Mis padres eran artistas plásticos y se conocieron y se enamoraron gracias a la pintura. En nuestra casa y en nuestra vida familiar la pintura estaba por todas partes. No había un espacio para ser pintores y un espacio para ser padres o para ser hijos. Todo estaba unido. Éramos hijos de la pintura.
 

 


 
TEXTO DE LA COMISARIA EXPOSICIÓN PARA EL CATÁLOGO


Esta exposición reúne obras de dos artistas imprescindibles del panorama artístico español de la segunda mitad del siglo XX. Hablamos del matrimonio formado por Amalia  Avia (Santa Cruz de la Zarza, Toledo, 1930– Madrid, 2011)y Lucio Muñoz (Madrid, 1929 - 1998), una unión excepcional que junta en un mismo espacio las dos tendencias más importantes del arte durante las últimas décadas: la figuración y la abstracción.


Sin embargo, cuando estamos ante las obras de estos creadores podemos encontrar puntos en común que se diluyen entre las divergencias del lenguaje estilístico con el que cada uno de ellos decidió expresarse. Porque lo cierto es que, a pesar de mostrar dos estilos completamente opuestos en la teoría, cuando vemos estas piezas únicas sentimos una perfecta comunicación entre ellas. La misma que estos dos maestros de la pintura mantenían entre ellos y que estaba basada en el respeto y en la admiración mutua.
 
Cuando Amalia Avia comenzó a formarse era el año 1953, una época en la que muy pocas mujeres estudiaban y mucho menos aún trabajaban. Sin embargo, Avia luchó contra los estereotipos de su tiempo y se dedicó de lleno a su carrera artística siendo capaz de conciliarla con la familiar. Algo que no fue sencillo pero que consiguió con gran éxito y sus obras emblemáticas son el testimonio único de una época ya pasada a través de su mirada eterna. De ella, Camilo José Cela llegó a decir que era “la pintora de las ausencias, la amarga cronista de “por aquí pasó la vida marcando su amargura e inevitable huella de dolor”, como en las novelas de los maestros rusos del xix».
 
El otro protagonista de esta muestra, Lucio Muñoz, entró en contacto con el informalismo cuando estuvo becado en París. A partir de ese momento, se adentra en los terrenos de la abstracción, que no abandonará ya en toda su trayectoria. El artista Antonio López, su compañero en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando recuerda como Muñoz, que en sus inicios fue figurativo, cambió su forma de entender la creación:“lafiguración era algo común y decisivo para él hasta que encontró su voz y su material, la madera. Así llegó a la abstracción con una naturalidad asombrosa”. Fue tras su paso por Francia cuando descubrió que la madera tenía unos matices que le permitían realizar las obras que él deseaba, de ahí que este material orgánico sea característico del trabajo de Muñoz. Un principio versátil que arañaba, quemaba o tallaba para conseguir así los efectos esperados.


En esta muestra podemos ser testigos precisamente de ese cambio estilístico del artista madrileño ya que se ha incluido una obra del año 1958, por la importancia del tema, y que se trata del retrato de su compañera Amalia Avia.
Muñoz siempre admiró el trabajo de su mujer y era consciente de la gran influencia que había supuesto para él, y decía que era con ella con quien se comunicaba plenamente.
 
Esa es la misma comunicación que podemos sentir en esta exposición realizada especialmente para Arnuero. Una selección de once obras que abarcan un periodo de casi cuatro décadas que se inicia con una obra de Lucio Muñoz de 1958 y finaliza en 1995 con obras de ese mismo año de ambos artistas.

Estamos ante una ocasión única en la que los dos grandes artistas comparten protagonismo. Un protagonismo que siempre respetaron y que nos hace pensar en la reflexión del filósofo suizo Henry F. Amiel: “El respeto mutuo implica la discreción y la reserva hasta en la ternura, y el cuidado de salvaguardar la mayor parte posible de libertad de aquellos con quienes se convive”.


Hoy con la distancia del tiempo, más allá de valorar la gran obra pictórica de estos dos maestros, podemos además hablar de ese respeto lleno de discreción, ternura y libertad.
 

María Toral

 

 

 

 

 

BIOGRAFÍAS

 
LUCIO MUÑOZ (Madrid, 1929 - 1998)

 


Es uno de los máximos exponentes del informalismo español de la segunda mitad del siglo XX. Cursa estudios en la Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, donde es discípulo de Eduardo Chicharro y compañero de algunos de los que se convertirían en sus mejores amigos. Entre ellos, se encontraban una serie de artistas realistas, como Antonio López, Julio López Hernández, Francisco López Hernández o Amalia Avia, con la que se casaría en 1960.


En 1956, es becado por el estado francés para continuar sus estudios en París, donde entra en contacto con el informalismo de pintores como Dubuffet, Fautrier o Wols. A partir de ese momento, se adentra en los terrenos de la abstracción, que no abandonará ya en toda su trayectoria. En 1958, empieza a trabajar con la madera. Este material —arañado, quemado, tallado o enmohecido— se convierte en una de las señas de identidad más reconocibles de su pintura.


A partir de 1959, participa en las más importantes exposiciones de pintura española en todo el mundo (Bienal de Venecia, Documenta de Kassel, Basilea...).


En 1964, se convierte en el primer pintor en exponer individualmente en la galería Juana Mordó, a cuyo grupo de pintores pertenece desde su fundación hasta 1991.
 
En 1989, el Museo Reina Sofía de Madrid realizó una gran exposición antológica sobre su obra. El artista fallece en Madrid en 1998, sin poder ver instalada su última obra, el Mural de la Asamblea de Madrid.


AMALIA AVIA(Santa Cruz de la Zarza, Toledo, 1930– Madrid, 2011)


Su infancia transcurre en Madrid, para formarse en la Academia de Eduardo Peña entre 1953 y 1955 y en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Cuando acaba la carrera en 1954, viaja a París con su promoción de alumnos de la Escuela de Bellas Artes; algunos, como Carmen Laffón, Julio Hernández o su futuro marido Lucio Muñoz, se convertirán en grandes amigos. Conoce a los pintores Antonio López, Julio López Hernández e Isabel Quintanilla. Fruto de la amistad y de las mismas inquietudes artísticas surge el grupo denominado Escuela Realista de Madrid.


En sus obras detiene sus ojos en detalles que, a veces, nos pasan desapercibidos y que, sin embargo, están cargados de vida y de realidad cotidiana, como tapias, fachadas de comercios, patios, paredes, interiores de casas...
En 1997 realizó una gran exposición antológica en el Centro Cultural de la Villa de Madridy se le concede la Medalla del Mérito Artístico del Ayuntamiento de Madrid. En 2004 publica sus memorias, tituladas “De puertas adentro”, con notable éxito en el mundo del arte.


Sus obras pueden verse en distintas colecciones y a pesar de su fallecimiento sigue participando activamente en exposiciones con sus creaciones. En 2013 la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando organizó una exposición con sendas obras de la artista.
 
 

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