Pedro Sánchez o la maldición del PSOE
Su maldad y su inmenso odio solo tienen una visión y una aspiración: sacar al PP de las instituciones.
La fama de Pedro Sánchez cada vez es peor, tanto en lo personal como en lo político. En este último aspecto ya era un cadáver antes de que se volviera a presentar como candidato a la Secretaría General de su partido. Nadie le ha comentado, y nadie le va a comentar, la que hay preparada contra él; bajo ningún concepto se va a permitir que salga elegido. En el PSOE saben que es la perdición y que solo le mueve la ambición personal, el egoísmo, su odio hacia Rajoy y la inquina que acumula tras dimitir por mediocre, torpe y gaznápiro. Aquello de “¡Nos vemos en Moncloa!”, que repetía cual cacatúa su compañera, le destrozó una vez y aún no se ha recuperado.
Tampoco se ha cuenta el tal Pedro de la que le prepara `Podemos`. Si en cualquier momento intenta acercarse a la formación proterrorista de Iglesias, el PSOE va a ser subyugado como lo ha sido Izquierda `Hundida`. También contra esa izquierda desunida prepara Iglesias una estratagema que va a impedir que IU vuelva a presentarse a unas elecciones como partido. Ha caído en la trampa sin saberlo. Hoy, en solitario y con las deudas que tiene con Hacienda, IU no es nada ni nadie. El comunismo retorcido ha pasado a ser mero populismo, mediocridad y caos.
Sánchez no `saldrá vivo` el domingo. Si en el debate del otro día le dieron hasta en el DNI, en el congreso le van a dar más tortas que lentejas dan por un duro. En el PP ya se frotan las manos porque conocen la estrategia para que Sánchez desaparezca, de una vez por todas, de la escena política. La falsificación de miles de apoyos le va a destrozar más aún. Hace tiempo que es el hazmerreír de la política.
Rajoy se la metió atravesada y desde entonces Sánchez va con la bofetada enrojecida en la mejilla. Dice el candidato Sánchez que "la crisis del PSOE no puede resolverse por cuatro reunidos en un despacho” y, sin embargo, así se va a resolver porque la militancia cuenta menos de lo que parece. Y en este caso urge arreglar el PSOE; un partido que no puede dejarse en manos del desaprensivo, generador de odio y envidioso, Sánchez. En estos tiempos, la inutilidad es muy peligrosa, pero puesta en manos de gaznápiros lo es más aún.
Tanto Patxi López como Susana Díaz han prometido la integración en el partido, pero Sánchez no habla de ella; solo habrá esa integración, dicen sus avalistas y sus más cercanos, si gana él. Es decir estamos como siempre: Sánchez se cree el centro del mundo y piensa que éste funciona porque está él, de otra manera sería imposible. Con Sánchez, el PSOE contraería un cáncer difícil de extirpar. “Lleva el demonio en el cuerpo”, como decían a los niños revoltosos. Si algo demuestra el candidato Sánchez es que con él nunca habrá un liderazgo integrador ni plural y mucho menos diverso. "¡Es la reencarnación de la porquería!", como escuché ayer a dos militantes socialistas de Valladolid.
Su maldad y su inmenso odio solo tiene una razón y una aspiración: sacar al PP de las instituciones. Ya lo ven ustedes: no hay más problemas en España. Él solo vive para su egoísmo y su nervioso egocentrismo. Si toda su estupidez pudiera flotar, aseguro a ustedes que no nos daría el sol. ¿Entienden ahora por qué se ha configurado la trama para que no salga Pedro como secretario general? Si bien no faltaron discrepancias iniciales, los barones no tardaron en unirse al comprobar que el odio es la bandera de Sánchez, al igual que su cojín de apoyo es `Podemos` con todas las maldiciones que ello conlleva. Pues eso.
Como ven, `Pedroflauta` Sánchez va a piñón fijo. Para muestra el siguiente botón de aspiraciones:
“Si hay que pactar con Podemos o Cs para permitir alternativas a mayorías de PP ¿por qué no? El PSOE no puede renunciar a ser la alternativa del PP”.
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