La tumba política de Pedro Sánchez
“Esta gente me aburre”. “Siempre dicen lo mismo, pero crispados”. “Se insultan, pero no dicen lo que van a hacer”. “Cualquiera diría que no tienen programa”. “Estamos hartos del bipartidismo, así que hay que votar a otras opciones”, Comentarios como los indicados es lo que se suele oír en la calle, en las cafeterías y en los corrillos ‘monclovitas’...

Las imágenes se han extendido por las televisiones extranjeras y, ahora mismo, Pedro Sánchez tiene una imagen degradada.
“Esta gente me aburre”. “Siempre dicen lo mismo, pero crispados”. “Se insultan, pero no dicen lo que van a hacer”. “Cualquiera diría que no tienen programa”. “Estamos hartos del bipartidismo, así que hay que votar a otras opciones”, Comentarios como los indicados es lo que se suele oír en la calle, en las cafeterías y en los corrillos ‘monclovitas’ (se llama así, en algunas zonas, a los corros de jubilados que en zonas de abrigaño suelen dedicarse a ‘pelar’ a los políticos). Y créanme que no están faltos de razón, sobre todo después de la actitud insultante y despreciable de Pedro Sánchez en el último debate frente a Mariano Rajoy. Es cierto que fue una salida a la desesperada, al estilo podemita, pero llamar “indecente” al presidente del Gobierno es equivocar el disparo, el objetivo y la perspectiva.
Nunca había visto un debate tan degradado como el que protagonizaron Mariano Rajoy y Pedro Sánchez hace unos días. No solo porque es el mismo formato de siempre, y eso ya huele a rancio, sino por la actuación barriobajera del líder del partido socialista. Un personaje así no puede representar a una ciudadanía digna. Las imágenes se han extendido por las televisiones extranjeras y, ahora mismo, Pedro Sánchez tiene una imagen degradada, más propia de un miembro de Podemos y de un insultador barriobajero que de un líder de un partido democrático serio. Desde mi punto de vista ha cavado su propia tumba política; en cierto modo me recuerda a ese Senador por Madrid, de Podemos, cuyo padre fue uno de los sinvergüenzas que vivieron a manos llenas de la ‘black’ y va por las cadenas de TV en plan ‘sobrao’, autodidacta revolucionario y ‘bocachanclas’ confirmado. Eso sí, le dan sopapos dialécticos por todas partes.
En fin, una vergüenza. Esa actitud chabacana de Sánchez no solo contribuyó a destrozar el debate sino a una pérdida de imagen importante. No es de extrañar que algunas encuestas den al PSOE un cuarto puesto en intención de voto, incluso por detrás de UPyD. Hasta el propio Felipe González, nada partidario de la Secretaría General de Sánchez, se ha tenido que ‘echar al ruedo’ para paliar el destrozo de su secretario general. En provincias están que trinan los afiliados y simpatizantes: la actitud bochornosa y escandalosa de Pedro Sánchez se la han echado en cara; téngase presente que, si el PSOE pierde muchos votos, hay mucha gente del partido que se va a quedar a la intemperie laboral, porque todo su trabajo reconocido es la política.
Tampoco hay que olvidar al moderador. Hizo un papel desastroso. Sin saber moderar y mucho menos templar. Ya en las redes sociales se pudo comprobar desde el primer momento que se había convertido en un muñeco de feria ante disparos diversos y de procedencia diversificada. Manuel Campo Vidal ha perdido aquellos reflejos de antaño y aquella capacidad de reconducir, reenfocar y redirigir. En su día, y en otros debates, lo hizo como nadie, pero Manuel ha perdido el olfato propio del periodista avezado, avispado y templado.
¡Quién te ha visto y quién te ve, Manolo! Y si echamos una ojeada general, pues… eso… ¡Joder, qué tropa!
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Comentarios(1):
El artículo de mi colega Jesús Salamanca es muy acertado. ¡No se puede decir tanto y tan claro en tan pocas palabras!. Efectivamente, estamos siguiendo la estela zapateril de "que nos interesa que haya tensión"; ¿Recuerdan aquello de Pepe Luís, el amigo de Maduro, al Sr. Gabilondo?. ¡No!. En este país tenemos poca memoria y menos Historia, por eso estamos condenados a repetir los errores, como ese del (presunto) delincuente que se permite abofetear al Presidente del Gobierno para chulearse ante su banda macarra y violenta, en el más puro matonismo. ¡Pero hay antecedentes!. Como aquella vez en que Pablo Iglesias (el histórico del PSOE) que amenazó al entonces presidente, Sr. Dato, y pocos días después fue asesinado. En esto estaba pensando yo cuando antes, al salir de la magnífica presentación del magnífico libro de José Ramón Sánchez, "Memorias de un día", veía como algunos carteles del PP tenían una mancha roja en la nariz de los candidatos. ¿O esto no es violencia y menosprecio?. Lo dicho ya otras veces, cosecharemos lo que estamos sembrando