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Opinión 06-12-2019 06:30

El manoseo de la Constitución Española, por Pedro Arce Díez

Hoy hace un año publiqué un artículo, coincidente con el XL Aniversario de la Constitución Española; y ahora vuelvo a la carga con el mismo tema, pues nuestra Carta Magna está siendo demasiado manoseada, maltratada, despreciada y ninguneada, lo que es de una peligrosidad inaudita

¿Se imaginan un partido de fútbol de la Selección donde las normas se toman a chifla?, y a veces es el mismo árbitro quien las toma por el pito sereno…

En este caso, suelen ser quienes tienen la obligación de “cumplir y hacer cumplir las leyes”, quienes más la incumplen, lo que podría ser considerado como “alta traición” en cualquier estado democrático y serio.

El 6 de diciembre de 1978 estuve presidiendo una mesa electoral en el Instituto “Marqués de Santillana” de Torrelavega; los españoles estábamos votando en referéndum el proyecto de Constitución que los políticos de entonces habían aprobado y nos presentaban a todos los ciudadanos. Ese día sentí, una vez más, el orgullo de ser español y quizás la incertidumbre de qué decidirían los españoles.

Ya en esos tiempos ejercía la docencia en Torrelavega como profesor de Historia y durante décadas he estado explicando la intrincada historia del Constitucionalismo en nuestro país, que ha tejido y destejido constituciones; que ha impuesto y derribado textos de constitución y que, ¡por fin!, nos ofrecía una Constitución pactada y consensuada por la gran mayoría de los políticos de ese tiempo, hace ya más de cuatro décadas.

Y les he ido explicando a mis alumnos de los sucesivos cursos, todas las Constituciones que ha habido en nuestro país y las “seudo constituciones” que también nos han llegado a imponer y les cito, de pasada y sin ser exhaustivo, como recordatorio:

 

  • Constitución napoleónica de 1808
  • Constitución de Cádiz de 1812 (La “Pepa”)
  • Estatuto Real de 1834
  • Constitución Española de 1837
  • Constitución Española de 1845
  • Proyecto constitucional de 1852
  • Constitución no promulgada de 1856s
  • Constitución Española de 1869
  • Proyecto de Constitución Federal de 1873
  • Constitución Española de 1876
  • Proyecto de Constitución de 1929
  • Constitución Española de 1931
  • Leyes Fundamentales del Reino (1938-1977)
  • Constitución Española de 1978


Lógicamente, todo este intrincado juego constitucional, nos lleva a pensar claramente que es reflejo de las tensiones sociales y políticas que hemos sufrido en España en los siglos XIX y XX, incluidas cinco guerras civiles que han dejado muchos jirones en la historia de nuestro país.

Pues hace cuarenta y un años, el resultado de aquel referéndum, cuya pregunta era “¿Aprueba el Proyecto de Constitución?”, fue del 87,78 % de votos afirmativos, lo que demuestra el ansia y hambre de democracia de los españoles de aquel tiempo. España votó mayoritariamente un sí rotundo a nuestra Constitución Española.

Las cinco Comunidades Autónomas que más afirmativamente votaron fueron Canarias (91,89 %), Andalucía (91,85 %), Murcia (90,77 %), Cataluña (90,46 %) y Baleares (89,46 %); por el contrario, las tres Comunidades Autónomas con menos votos afirmativos, fueron País Vasco (69,11 %), Navarra (75,70 %) y Cantabria (83,50 %). Cantabria, ¡Quién lo iba a suponer!

No puedo olvidar en este momento a los llamados padres de la Constitución: Por Unión de Centro Democrático, Gabriel Cisneros Laborda, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y José Pedro Pérez-Llorca Rodrigo; por el Partido Socialista Obrero Español, Gregorio Peces-Barba Martínez; por el Partido Comunista de España, Jordi Solé Tura; por Alianza Popular, Manuel Fraga Iribarne; y por la Minoría Catalana, Miguel Roca i Junyent. Tampoco debiéramos olvidar a sus impulsores y muñidores: Torcuato Fernández-Miranda, Adolfo Suárez González, Fernando Abril Martorell, Felipe González Márquez, Alfonso Guerra González y Santiago Carrillo Solares, entre otros, que nos dieron ejemplo de diálogo, negociación y concordia y de los que podrían aprender algo nuestros actuales y mediocres políticos. Y de forma especial, al Rey Juan Carlos I, quién habiendo heredado todos los poderes de Franco, renunció a los mismos para devolver la soberanía nacional a los ciudadanos españoles. ¡A quién ahora se le quiere olvidar!

También recuerdo haber visitado el Senado a finales de ese mes de diciembre de 1978, de la mano del entonces Senador torrelaveguense, Ricardo Bueno Fernández, precisamente el día en que disolvieron las Cortes Españolas y se firmó por el Rey Juan Carlos I la Constitución Española, promulgándose la misma.

Y afirmar, sin titubeos, que esta Constitución Española nos ha permitido disfrutar del mayor periodo de paz, prosperidad y proyección internacional desde los orígenes de la España de los Reyes Católicos.

Pues, bien, ahora una parte nada despreciable de los políticos se toman la Constitución a chufla, cuando juran la misma, hacen circunloquios contradictorios y, desde luego, su fin principal es acabar con nuestra Constitución para llevarnos a un escenario embarrado y peligroso. ¡Derechitos al abaismo!

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