El cuento de la buena pipa y los trenes de Cantabria. Carlos Magdalena
No vale ahora de repente montar una escandalera con los trenes que sólo sirve para llenar cuatro páginas y después olvidarse del tema. Hay que actuar con racionalidad, cosa que no se ha hecho en estos últimos 50 años. Todavía recuerdo cuando iba a estudiar a Barcelona y cogía el trenecillo, el actual con algunas variantes, con mi bocata y la maleta hasta las siguientes vacaciones y llegaba a Bilbao después de más de cuatro horas....

No vale ahora de repente montar una escandalera con los trenes que sólo sirve para llenar cuatro páginas y después olvidarse del tema.
Hay que actuar con racionalidad, cosa que no se ha hecho en estos últimos 50 años. Todavía recuerdo cuando iba a estudiar a Barcelona y cogía el trenecillo, el actual con algunas variantes, con mi bocata y la maleta hasta las siguientes vacaciones y llegaba a Bilbao después de más de cuatro horas para coger el expreso de la noche, tardaba un día y medio en llegar a la otrora Ciudad Condal.
Pues desde esa época no se ha hecho nada, ya han acudido unos cuantos gobiernos a nuestra comunidad autónoma y nos encontramos en similar situación, la última ha sido, dicen, que los nuevos trenes destinados para Cantabria no cabían por los túneles pero ¡vete tú a saber esa nueva mentira!
¿Y cómo van esos nuevos? trenes?, no se sabe y se ignora. Ni el Partido Socialista ni el Partido Popular que son los que tienen la sartén y el mango han hecho nada por Cantabria salvo una gestión y administración de los fondos que se recaudan aquí o que pudieran llegar desde Madrid vía presupuestos generales.
Esto es lo hay y se deben decir las cosas como son y no que ahora de repente llevamos una racha desde hace bastantes años donde el tren no llega a Madrid o donde hay que hacer transbordo de tren a autobús y viceversa, que es la guinda penúltima de cualquiera que vaya o venga a la capital del reino. No viene a cuento llevarse las manos a la cabeza con declaraciones grandilocuentes cuando llevamos años de rotura de catenaria, caída del sistema eléctrico porque es viejo o tercer mundista etc.
Esto mismo lo trasladamos a los trenes de cercanías y es el reflejo del progreso de Cantabria.
Siempre se ha dicho rememorando la época franquista que Cantabria, Santander, era como un cortafuegos entre dos comunidades conflictivas, según el sentido franquista, Asturias y País Vasco. Y con esa tesis hemos ido avanzando a lo largo del tiempo y todavía a día de hoy Cantabria sigue siendo un pequeño cortafuegos entre ambas comunidades. Cantabria se nutría del veraneo de los altos funcionarios de los gobiernos de Madrid que acudían a Santander y poco más o de los vecinos vascos que pasaban el veraneo en la Cantabria más próxima a su Comunidad, Laredo o Castro Urdiales.
Buena parte de nuestro desarrollo, del aislamiento son las deficientes comunicaciones que hemos tenido siempre.LA DEUDA HISTÓRICA ABANDONADA POR EL PP Y PSOE El problema de los trenes y otras muchas más cosas no se han solucionado ni se van a solucionar porque en Cantabria hay dos partidos franquicias de Madrid y gobierne un partido o gobierne el otro siempre se seguirán las instrucciones del partido que gobierne en Madrid a pesar de que los tiempos han cambiado.
Hace falta hacer un PACTO DE CANTABRIA Y POR CANTABRIA entre los diputados del PSOE y del PP para que aunque sigan siendo socialistas y conservadores, lógicamente, al mismo tiempo cuando nos afecten las cuestiones de Cantabria como Comunidad, todos como Fuente Ovejuna, y acudan rápidos y veloces en defensa de nuestros intereses. Y el tercer partido en discordia que lo ha sido el regionalismo de Revilla no ha pasado de ser un lazarillo de Sánchez.
En definitiva y a pesar de nuestro deseo somos conscientes de que no habrá PACTO POR CANTABRIA ni habrá nada de nada porque somos conformistas, dependientes, indolentes y a lo único que llegamos es a quejarnos y llorar como plañideras mirando a la BAHÍA.
¿Quieres envíar un comentario?
Comentarios(2):
¿Y si el interés de Cantabria choca con el interés nacional?
Santander que bello es, Santander que bello es, en invierno y en verano nunca deja de llover. ¡Que viva la 'Tierruca'!