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Nacional 09-04-2025 19:00

El escritor José María Guelbenzu, sobre `El odio`: "No tengo ningún interés en ese asesino y creo que es mal libro"

Publica su último libro, `Una gota de afecto` (Siruela): "Con esta novela he llegado a un punto que va a ser difícil superarla"

El escritor José María Guelbenzu ha asegurado que él, como editor, no habría publicado el libro de Luisgé Martín 'El odio', en el que José Bretón confiesa los crímenes de sus dos hijos Ruth y José, porque no tiene "interés" en el "asesino" y porque es un libro "malo".

"Si yo fuera el editor de ese libro, no lo habría publicado. No por nada, sino porque me parece malo. Esa es la única cuestión (...)A mí no me hace mucha gracia, no tengo ningún interés en ese asesino y creo que es un mal libro. Eso es todo. Es una opinión personal", ha explicado Guelbenzu en una entrevista con Europa Press.

Así, continúa el autor, el trabajo del editor tendría que haber sido "consultar a los asesores jurídicos" por los posibles problemas que generase la publicación y la distribución del libro.

"Lo que hace un editor actualmente es que cuando tiene un libro que puede tener ciertos problemas --por ejemplo, aquí es un libro que afecta no solamente al asesino, sino a la madre de los niños asesinados--, debe tener el cuidado y consultar a los asesores jurídicos los problemas que puede tener o no el libro. Si uno cree que no va a tener ningún problema, pues puede sacarlo adelante, claro, son libres de publicarlo", ha añadido.

SU ÚLTIMA NOVELA, "DIFÍCIL SUPERARLA"

Guelbenzu, que ha estado al frente de editoriales como Taurus o Alfagura, publica la que, en principio, será su última novela, 'Una gota de afecto'. "No sé si está decidido cien por cien, porque estas cosas nunca se saben. Pero tengo que decir que realmente creo que va a ser la última", ha explicado.

La razón, además de la edad, es que considera que se trata de su mejor libro, por lo que sería "difícil superarla", además de que no tiene ninguna idea en la cabeza sobre otra obra.

En la novela, ambientada en una vieja casona con escudo de familia en un pueblo de Cantabria, el autor cuenta la historia de un hombre "herido" desde su expulsión del paraíso de la infancia, un funcionario internacional dedicado a proyectos de ayuda en países subdesarrollados que eligió ejercer una ciega soberanía sobre la realidad.

En ese sentido, Guelbenzu ha asegurado que no se trata de un ejercicio de "auto-ficción" y ha rechazado la idea de que la infancia sea más complicada en la actualidad.

"La infancia en estos momentos está más protegida que antes. Entre otras cosas, porque recuerdo que la guerra dejó medio desarticulado este país. Pienso en mis primos, mis tíos: tenían 10 hijos, 11 hijos, una barbaridad. Y era como pastorear a 10 hijos: un lío, te importa un pito y si uno mete los dedos en el enchufe, pues que los meta, ya saldrá de ahí. Mientras que ahora hay un cuidado, un estar encima enorme", ha reflexionado el autor.

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