Dos testigos dicen que los acusados de Boo "arrojaron a patadas" a la víctima a la vía y otro habla de "caída"
Dos testigos en el juicio por el homicidio del apeadero de Boo, en el que murió un joven de 21 años vecino de Polanco, han explicado que los dos acusados "arrojaron a patadas" a la víctima a la vía, mientras que otro compareciente ha hablado de "caída".

Así lo han expuesto este martes en la segunda sesión de este juicio, que se celebra en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria.
Por un lado, han testificado dos chicas que presenciaron la pelea desde el tren, que han indicado que los acusados agarraron a la víctima para que saliera del vagón y empezaron a darle puñetazos y patadas hasta que cayó al suelo, cerca de la valla que delimita la instalación, y desde donde le fueron "desplazando" hasta cerca del bordillo del andén para arrojarle desde allí y "de una última patada" a la vía donde falleció. "Eran dos contra uno a la vez", ha expresado una de ellas.
Además de estas pasajeras, que viajaban en el convoy a primera hora del 3 de febrero de 2024 y que se bajaron en la estación donde ocurrió todo, también ha declarado en la vista oral otro testigo, amigo de uno de los procesados, y que ha afirmado que el fallecido bajó "por su propio pie" del vagón, desde cuya ventanilla observó la agresión y después, a medida que el tren reanudaba la marcha y se alejaba del lugar, vio un "gurruño" de gente que formaban "una bola negra en el borden del andén y uno que caía".
Estas tres personas han comparecido junto a una docena más de testigos, como el maquinista, que contempló por el retrovisor a tres personas que salían "empujándose" del tren y al que le dio la sensación que aquello era una "cosa mutua", en una mañana en la que había "mucha niebla", extremo que no comparten otros testigos.
Lo ocurrido se enjuicia en la Sección Tercera y los dos implicados, en prisión provisional desde entonces, cuando tenían 19 y 20 años, se enfrentan a hasta trece años de cárcel que pide para ellos la Fiscalía por un delito de homicidio.
La acusación particular, ejercida por familiares de la víctima, también aprecia omisión del deber del socorro, ya que ambos investigados se fueron a sus respectivas casas sin auxiliar al agredido. Mientras, las defensas solicitan la libre absolución al entender que se trató de un accidente.
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