Noticias de Cantabria
21-11-2010 20:25

Vulgar maniobra de ETA

En los últimos años han proliferado denuncias desde el ambiente etarra o filo etarra y siempre han estado instaladas en la falsedad, en la mala fe, en el odio, el rencor y el afán de hacer daño por el daño.

 ETA siempre ha claudicado ante el Defensor del Común, porque éste siempre ha exigido jugar con las cartas boca arriba y ya se sabe que quien exige jugar de esa forma es porque tiene todos los triunfos en la mano. En este sentido, Enrique Múgica Herzog ha actuado durante su mandato como lo hacía Graham Greene y, por suerte, quien fuera su número dos (María Luisa Cava) sigue el mismo camino.

María Luisa Cava ya ha anunciado el trabajo que se está llevando a cabo. Actualmente se están realizando visitas a calabozos y cárceles sin encontrar ni un solo resultado de torturas, malos tratos o vejaciones a miembros de la banda ni a presos de ningún tipo. En breve se va a presentar un importante trabajo, basado en la investigación y en la observación ‘in situ’. Tal trabajo se presentará durante el año 2011 tanto a las Cortes españolas como a la ONU. Y lo más destacable de él es la anticipación de que “afortunadamente, en España el tema de la tortura no se practica ni de lejos, aunque cualquier control forma parte de la exigencia más lógica”.

El tema de las torturas no tiene razón de ser en las cárceles españolas, pero ha estado de actualidad tras las denuncias de algunos detenidos que han seguido fielmente los consejos de los líderes de la banda asesina, en el sentido de denunciar torturas aunque éstas no existan. Pero vamos más allá: la torpeza del Tribunal Europeo de ordenar que se investigue el caso de Mikel San Argimiro y el reciente juicio por el caso de Portu y Sarasola han llevado a que la ignorancia y la vulgar estupidez aglutinen a cerca de veinte mil personas en la manifestación de hace unos días en San Sebastián. Con ello, ETA ha pretendido mantener actualizado y ‘vivo’ el asunto de las torturas, a la vez que ha pretendido poner en entredicho la dignidad del Gobierno democrático español. ¿Resultado? Una vez más, un rotundo fracaso y un esperpéntico ridículo.

Ya no hay duda que es una simple maniobra; se puede no confiar en el Gobierno español, como no confía este analista político, pero de ahí a afirmar que se tortura en los centros penitenciarios hay un trecho enorme. Una vez más el Gobierno de Rodríguez ha salvado la cara, como lo hicieron otros Gobiernos democráticos. Ahora es más fácil que antaño, gracias a la función de vigilancia (el llamado Mecanismo para la Prevención de la Tortura) encomendada a la Defensoría del Pueblo.

La puesta en marcha del citado Mecanismo, el 1 de enero de 2010, no solo abrió ciertas expectativas sino que ha demostrado su correcta utilidad, aunque no han faltado denuncias por parte del mundo abertzale tan alejado de la democracia y tan cercano a la represión y a la vulgaridad del pensamiento etarra, socialista e independentista.

Tras la manipulación en que está inmersa la banda asesina, y la permanente desvirtuación de la realidad, ese Mecanismo se había convertido en una exigencia internacional, derivada de la ratificación por parte del Estado español del Protocolo contra la Tortura de la ONU en el año 2006.

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