Visión realista de Sarkozy
Lo que ha hecho Sarkozy es centrar un debate para que la ciudadanía francesa no se vea arruinada en sus esfuerzos ni agobiada por la incompetencia de sus gobernantes.
No hay duda que en el PSOE están muy nerviosos. Y lo están no solo porque no pueden pagar la nómina de sus trabajadores, y se ven obligados a despedir a buena parte de ellos, sino porque les duele que Sarkozy les haya metido el dedo en el ojo diciendo una verdad que ya está suficientemente extendida: el socialismo arruina cuanto toca y deja irresponsables herencias. Hay que ser muy torpe para no ver esa realidad, tan solo Elenita Valenciano monta en cólera, mientras los demás esconden la cabeza entre el ala, como el avestruz. Es mejor dejar que una sola persona haga el ridículo que hacerlo en comandita: la experta en eso es la señora Valenciano, como de costumbre.
Sírvanos como ejemplo de clarividencia la opinión de la presidenta de la Comisión de Economía del Congreso, la diputada del Partido Popular, Elvira Rodríguez. Tiene muy claro que, Nicolás Sarkozy, "ha analizado muy bien lo que son las políticas socialistas". Posiblemente España sea el ejemplo más claro para demostrar cómo un Gobierno puede llevar a la ruina a un país. Lo de equiparar a España con Grecia es otro cantar pero a estas alturas de la película vale todo; por lo menos todo lo que es verdad y no hay verdad más conocida y extendida que la ruina a la que el PSOE ha llevado a España, así como la destrucción de tres millones y medio de puestos de trabajo, el desaire al Estado del bienestar y el desprecio a los trabajadores. No olviden que detrás de tanta mediocridad también está la complicidad sindical del Sindicato Vertical Unificado que representan los ‘destartalados’ y anticuados sindicatos decimonónicos nacionales: UGT y CC.OO.
La mayoría de los españoles sí entendemos el contexto en el que Sarkozy ha hecho las declaraciones contra el socialismo. Lo ha hecho en confrontación con un candidato socialista de su país y poniendo en evidencia las políticas del incauto, mediocre y aturdido Rodríguez Zapatero. Un ex presidente cuyo balance es un claro daño a la economía española, una ‘bofetada’ a la España próspera y un atentado al sentido común. Si a ello unimos que ha contribuido a destruir millones de empleos y a arruinar el tejido empresarial español, pues entonces estamos ante el más vulgar presidente de la era democrática que, a la vez, ha presidido un septenio negro de errores, vulgaridades y atropellos.
No hay que extrañarse porque Sarkozy haga unas declaraciones sinceras en plena campaña electoral. François Hollande ha hablado del gasto como si solo hubiera que dar la manivela para hacer billetes. Sus "políticas de gasto" recuerdan las mentiras de Rodríguez Zapatero y de todo su equipo. Un equipo que nos ha llevado al desequilibrio económico y al ‘infierno’ de la deuda. Poner como ejemplo a España y a las políticas españolas del septenio negro del ‘vendeburras’ leonés --unas políticas que nos han llevado a que en la última legislatura alcanzara nuestra deuda un 33,6 del PIB— no es nada descabellado. Lo que ha hecho Sarkozy es centrar un debate para que la ciudadanía francesa no se vea arruinada en sus esfuerzos ni agobiada por la incompetencia de sus gobernantes. De todos es sabido que el socialismo se agota cuando se acaba el dinero de los demás.
No entra en los planes del Gobierno español desmentir a Sarkozy porque sería la risión del mundo político europeo. Tan solo Elenita Valenciano se encuentra desorientada, como de costumbre, de ahí su preocupación por las manifestaciones del mandatario francés. Es evidente que las manifestaciones de Nicolás Sarkozy no son una crítica a España sino un claro conocimiento de una realidad.
Nos va a costar borrar la imagen de ‘torpeza’ que Zapatero ha extendido por el mundo; precisamente la misma imagen que él ha proyectado como educador, como padre y como presidente. ¿Más pruebas de las que ya conocen? Hoy por hoy no puede salir de casa porque es centro de iras, silbidos e insultos. ¿Por qué creen que pasa lo descrito? Al buen entendedor, ya saben.
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