Noticias de Cantabria
26-03-2016 07:00

Un museo para Torrelavega

Muchos ciudadanos de Cantabria no sabían hace poco qué era el MUPAC; ahora ya lo saben (Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria). Sin embargo, hemos asistido atónitos y sorprendidos a una auténtica batalla dialéctica y política que ha tensionado muchas instituciones y personas de forma gratuita e innecesaria..

 

Muchos ciudadanos de Cantabria no sabían hace poco qué era el MUPAC; ahora ya lo saben (Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria). Sin embargo, hemos asistido atónitos y sorprendidos a una auténtica batalla dialéctica y política que ha tensionado muchas instituciones y personas de forma gratuita e innecesaria; salvo que ello fuera conscientemente provocado para que no se hablase de otras cuestiones, como la calamitosa situación que atraviesa Cantabria.

El MUPAC debe estar situado en el mejor lugar posible de Cantabria, para que tenga las mayores visitas y actividades; y deberá tenerse en cuenta su historia ¡Polémicas, las justas!.

¿Torrelavega, Puente Viesgo, Santillana, Comillas, Potes o Cueto no deben tener un museo?. Mi respuesta es claramente positiva, sin matizaciones. Tomemos el ejemplo de Lanzarote dónde casi cada rincón tiene su pequeño museo o sitio para visitar. ¡Pues lo mismo debe suceder con Cantabria!.

Torrelavega, por ejemplo, debe ser el lugar dónde debiera de crearse el Museo de la Minería, Industria y Transportes de Cantabria y un buen lugar para su ubicación podrían ser las instalaciones de La Lechera (antigua fábrica Azucarera Montañesa), conjunto emblemático de edificios que ya han tenido múltiples actividades y actualmente están cerrados. Torrelavega ha sido el mejor centro industrial de Cantabria y debe tener un gran museo, con proyección nacional que atraiga visitantes y genere sinergias que afecten a otros sectores productivos, culturales y sociales.

¡No es un capricho!. Torrelavega fue pionera en el mundo minero, como lo demuestra la historia de La Mina; debe parte de su crecimiento a ser punto neurálgico de comunicaciones y, al tiempo, importante enclave industrial, quizás actualmente con cierto declive. Hagamos de la necesidad virtud y generemos un gran museo.

Para que nos hagamos una idea, las secciones de mayor importancia, a título de ejemplo, pudieran ser las siguientes:

- Minería: en Cantabria han existido importantes núcleos mineros, como los de Reocín, Mercadal, Picos de Europa, Udías, Puente Arce, Camargo, Cabárceno, Castro Urdiales, que han tenido épocas de gran actividad. Canteras, salinas y otras explotaciones, completarían una interesante sección ¡Sólo con la minería podría hacerse un Museo!.

- Pesca y su industria transformadora, de la que Cantabria es pionera y de forma especial la industria del salazón, la anchoa y la conserva.

- La industria alimenticia, desde los antiguos molinos harineros hasta nuestras mejores industrias transformadoras actuales, entre las que destaca la industria Láctea, pionera en toda España y que ha generado una floreciente industria, como la Nestlé, SAM, Morais, Collantes, el Buen Pastor, etc., además de las instaladas en Torrelavega: la Sociedad Lechera Montañesa, la Granja Poch, la Sociedad de Industrias Lácteas y Queserías Reunidas, lo que convierten a la ciudad del Besaya en un emporio lácteo sin igual en toda España. La fabricación de chocolates, quesos, productos típicos, vinos, orujos, etc., pueden ser un buen ejemplo de actividad industrial, del pasado y del presente.

- La industria del vidrio: La Luisiana, La Cantábrica, Santa Clara, La Sociedad Vidriera Reinosana, la Vidriera de Maliaño y La Vidriera de Vioño (Cristalería Española del grupo Saint Gobain).

- Industria Química, con La Rosario, Industrial Resinera, La Cantábrica, Cros, Solvay, Unquinosa, Derivados del Fluor, Calatrava, etc.

- Industria de Neumáticos, que en Torrelavega han tenido una gran tradición desde que La Continental se instalase en 1935.

- Industria del Metal, con los primeros talleres  como los de López Dóriga, Corcho, Obregón, Casto Arce, las trefilerías, FEMSA, Magefesa, etc., hasta la siderurgia de Nueva Montaña Quijano; sin desdeñar nuestro actual tejido industrial que abarca sectores tan importantes como la automoción, calderería, forja, construcción naval, electrodomésticos y un largo etcétera.

- Industria del Calzado, de la cual Torrelavega fue un ejemplo elocuente hasta tiempos muy recientes (Etchart y Zubeldía, Sollet, Molleda Ugarte, Peña, Moreno Luque, los hermanos Sañudo, etc.), que han llegado a tener cientos de puestos de trabajo.

- Industria Textil, desde las pisas o batanes, hasta las fábricas de La Cavada, Hijos de Arrarte, Hilaturas de Portolín, Textil Santanderina o Sniace, ahí mismo.

- Industria tipográfica, que ha tenido una gran importancia en Cantabria y que se están vendiendo para chatarra las viejas linotipias y otro material ya en desuso.

- Industria naval, con gran tradición en Cantabria desde aquellos ya lejanos astilleros de Guarnizo y carpintería de ribera hasta los astilleros de de Santander y Astillero, que han sido referentes nacionales en tiempos no muy lejanos.

- Los transportes, incluyendo las vías terrestres, marítimas y aéreas; la llegada del ferrocarril y las autovías e, incluso, podría integrarse el actual Museo del Ferrocarril de Santander, que ha sabido conservar abundante material ferroviario. Los puertos de toda nuestra costa serían elementos fundamentales, especialmente el de Santander y el cercano de Requejada, hoy lamentablemente arrumbado.

Y seguro que aún nos dejaríamos otras muchas actividades y empresas señeras, como la producción de energía hidroeléctrica, Estándar Eléctrica, Ibero Tanagra, Productos Dolomíticos, la Naval de Reinosa, Cenemesa, Tabacalera, Cementos Alfa, fábrica de cervezas como La Austriaca o la Cruz Blanca, La Marga, Teka, Hergom, Simsa, Bimbo, Danone, La Farga,…

Además, hubo otros sectores económicos, como la banca que tuvieron un papel activo como el Banco de Torrelavega, el Banco Mercantil o el Banco de Santander, seña de identidad de nuestra región. El puerto, la red viaria y el aeropuerto fueron sectores que facilitaron la actividad económica del pasado.

Probablemente si nos pusiéramos mano a la obra, acabaríamos teniendo un museo magnífico; ¡Sólo falta voluntad política!.

Precisamente, pronto va a hacer dos décadas que se montó en La Lechera una magna exposición sobre “El Siglo de los Cambios”, dónde se mostraron, de forma temporal, muchos aspectos de los aquí ya relatados.

Tenemos los mimbres necesarios, aún quedan suficientes restos para montar una buena exposición y, como complemento y atracción, los talleres y las nuevas tecnologías nos pueden facilitar un excelente Museo, del que Torrelavega se sienta orgullosa, satisfecha y le sea de provecho en todos los órdenes.

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