Si no te adaptas al cambio, no te extrañes del fracaso

Como abogada del diablo, en este caso, diré que tienen razón en muchos de sus planteamientos. Con la llegada de las tabletas, los móviles de última generación y otros soportes, hemos dejado de hablar con nuestros allegados directamente. Ahora ya no quedamos para tomar un café, llamamos por teléfono o… Simplemente, escribimos un ‘WhatsApp’.

Pero la cuestión que quiero tratar no es la repercusión que tienen las nuevas tecnologías en nuestra forma de interaccionar, sino cómo las redes sociales son ese carro en el que hay que estar. Recientemente, he terminado de leer un libro de Spencer Johnson llamado ‘¿Quién se ha llevado mi queso’. En éste se relata una fábula, cuya moraleja es: “Si no te adaptas al cambio, no te extrañes del fracaso”. La historia refleja los cuatro tipos de empresarios/trabajadores que hay. Está el que detecta pronto el cambio, el que se apresura a la acción, el que se niega al cambio por miedo a que conlleve a algo peor y el que aprende a adaptarse a tiempo porque entiende que puede conducir a algo mejor.

Generalmente, los negocios que triunfan son los que se adaptan al cambio e implementan las novedades. Aquellos que no quieren mudar porque es más cómodo y porque es lo tradicional de toda la vida, suelen incurrir en un descenso en su volumen de trabajo. En los tiempos que corren, hay que buscar lo eficiente y eficaz, es decir, buenas ideas a bajo coste y que devuelvan resultados. Existen muy buenas iniciativas a bajo coste como la página ‘Mininube’, que cada día gana más usuarios y ya acumula premios. También hay formas de seguir con lo tradicional con un toque novedoso, que lo diferencie del resto; por ejemplo, una pastelería que cada día saca en Facebook e Instagram fotografías de sus pasteles a unas horas muy comprometidas… Quizá, parezca algo muy básico, pero son estas acciones las que ayudan a mejorar las ventas.

Aún hay comercios y empresas que se niegan a crear cuentas en redes sociales por miedo a que se las critique o por desconocimiento de las herramientas. Tienen razón. Antes de hacer algo se debe estudiar cómo y por qué. Hay que tener en cuenta que las redes sociales y los blogs forman parte de la estrategia de comunicación, así que no se debe tomar a la ligera. No sólo hay que estar en la red, sino saber cómo se está, ofrecer algo a nuestros fans de Facebook, saber qué diferencias hay entre una página y un perfil en Facebook, conocer que red social se adapta mejor a nuestro negocio, pensar si nos conviene contratar a un especialista, etc.

Cada día salen nuevas formas de publicitar nuestro negocio. La mayoría son más baratas y prácticas que poner un anuncio en el periódico de papel y olvidarnos del resto. Si leemos el estudio que ha realizado el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones (ONTSI) nos muestra que el 77% de los españoles están en alguna red social. En este estudio se segmenta por género, edad, tipo de red social, entre otras variantes. Informe aquí--> http://goo.gl/UlUHD

Tenemos un país en crisis que está en el ojo de los mercados, se está produciendo un descenso en la capacidad de compra de los españoles, y, por lo tanto, la diferenciación es crucial en un momento de selección natural en los negocios. Sólo los más preparados y los más atentos a los cambios consiguen mantener a flote su barco.

El libro ‘¿Quién se ha llevado mi queso?’ es una de las lecturas sugeridas en grandes empresas para que sus trabajadores reflexionen y se adapten a los cambios. En mi opinión, esta obra es como el ‘Arte de la guerra’ de Sun Tzu, pero mucho más fácil de leer y más gráfico.

Ideas sacadas del libro:

- Tener queso te hace feliz.
- Cuanto más importante es el queso para ti, tanto más deseas conservarlo.
- Si no cambias, te puedes extinguir.
- ¿Qué harías si no tuvieras miedo?
- Olfatea el queso con frecuencia para saber cuándo empieza a enmohecerse.
- El movimiento hacia una nueva dirección te ayuda a encontrar queso nuevo.
- Cuando dejas atrás tus temores, te sientes libre.
- Imaginarme disfrutando de queso nuevo antes incluso de encontrarlo me conduce hacia él.
- Cuanto más rápidamente te olvides del queso viejo, antes encontrarás el queso nuevo.
- Es más seguro buscar en el laberinto que permanecer en una situación sin queso.
- Las viejas convicciones no te conducen al queso nuevo.
- Al comprender que puedes encontrar queso nuevo y disfrutarlo, cambias el curso que sigues.
- Observar pronto los pequeños cambios te ayuda a adaptarte a los grandes cambios por venir.