Noticias de Cantabria
19-04-2015 00:58

Rodrigo Rato se echa al monte

Durante años, en el Partido Popular han estado todos a partir un piñón con Rodrigo Rato. No me equivoco si digo que, en los años ‘gloriosos’ de José María Aznar, el mismo Rodrigo era considerado por los suyos como el “primus inter pares”.

Durante años, en el Partido Popular han estado todos a partir un piñón con Rodrigo Rato. No me equivoco si digo que, en los años ‘gloriosos’ de José María Aznar, el mismo Rodrigo era considerado por los suyos como el “primus inter pares”. Pocos ‘peperos’ no han sentido admiración por él en los años en que fue ministro de Economía y Hacienda, presidente del Fondo Monetario Internacional o en el momento en que Bankia salió a Bolsa.

Hoy las cosas han cambiado, por los delitos cometidos y porque a muchos les interesaba que así fuera. Ah, no lo olviden: el primer traidor, el ministro Cristóbal  Montoro, a quien la envidia le consumía desde que Rato le mantuvo como segundón en la época de Aznar. Hay odios que no se consumen ni agotan y, como dicen en mi pueblo: siéntate en la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo. Pues, por ahí va el cadáver.

Y han cambiado porque desde la misma Hacienda y desde el Ministerio de Justicia no soportan que el PP pueda volver a ganar las elecciones generales. De ahí la connivencia para ir sentando las bases de la derrota del Partido Popular. Había que buscar un ‘pelele de trapo’ o un ‘cabeza de turco’. Y lo han encontrado en Rodrigo Rato, porque ni siquiera Bárcenas o Correa eran suficientes para amordazar a Mariano Rajoy y los suyos.

Apenas comenzaron a registrar el domicilio de Rato y aparecieron las primeras acusaciones de fraude fiscal, levantamiento de bienes y apropiación indebida, blanqueo de capitales, etc. El blanqueo de capitales persigue a Rato, quien se acogió a la medida de amnistía fiscal; precisamente, en esa amnistía, la Agencia Tributaria ha detectado más de setecientos casos sospechosos, entre ellos el de Rato y el de la familia fraudulenta por excelencia de España: la familia Pujol. Y todos ellos han sido remitidos al  Sepblac  en marzo.

De todos es sabido, o debería de serlo, que el brutal capital que maneja Rato procede, en gran parte, de herencias recibidas de miembros de su familia. Pero eso no le exime de los delitos cometidos y del cumplimiento de la ley. ¿Recuerdan cuando decía que Hacienda éramos todos?

Ahora en el PP se tiran de los pelos y juran en arameo porque ha sido la puntilla para las elecciones autonómicas y lo seguirá siendo para las generales. El caso de Rato no se cierra en tres cuartos de hora. Coleará hasta diciembre porque a mucha gente le interesa que colee y no se olvide. Siento vergüenza por las recientes declaraciones de muchos miembros del Partido Popular. Ya se sabe que, cuando se encharca el barco, salen a la luz las ratas. No hay más que escuchar al diputado nacional, Rafael Hernando; a la alcaldesa zamorana, Rosa Valdeón; al recientemente dimitido delegado del Gobierno en Castilla y León, Ramiro Ruiz Medrano; al actual presidente de la Diputación vallisoletana, Jesús Julio Carnero o al propio presidente del PP en Castilla-León, Juan Vicente Herrera, por citar a algunos. 

Ya lo ven. Quienes arrastraron “el culo por un zarzal”  y miraban a Rato con ojos de admiración e incredulidad, hoy le tributan insultos, reproches, desprecio y “sapos amargos”. La Historia se repite: cuanto más alto se sube más fuerte es la caída.

 

 

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