Retroceso histórico
El despilfarro no parecen verlo quienes llevan apoltronados años y años y su lema es recortar a la ciudadanía pero sin tocar `su castillo`.
Un déficit que abarca un intervalo cuyos límites van desde la existencia de comunidades autónomas uniprovinciales --que se pueden gobernar con la gorra o desde internet en unos pocos cuartos de hora-- hasta aquellas que han montado su `tinglado` copiando lo que ya existía en el Estado central; es decir, han duplicado innecesariamente funciones y servicios.
Este tipo de despilfarro no parecen verlo quienes llevan apoltronados años y años y su lema es recortar a la ciudadanía pero sin tocar `su castillo`. Seguramente será difícil encontrar una generación de políticos más despreciados por la ciudadanía y menos dados a resolver el `problemón` social, económico y político que ellos mismos han gestado.
En ese caldo de cultivo están destrozando la Sanidad, arrastrando la Educación por los suelos y maltratando los derechos sociales de la ciudadanía, a la vez que buscan su protección personal y familiar para el futuro. No hay más que ver la Ley 10/2012, que reforma la Ley 7/1981 del Gobierno de la Comunidad autónoma vasca. Al artículo 38 se le ha hecho una nueva redacción que resulta ser insultante, vergonzoso y de un claro desprecio para la ciudadanía; es fácil comprobarlo en el BOE del 16 de junio pasado, dentro de las disposiciones generales.
Y si a la Sanidad le están dando por todos lados, a la vez que se descubren fraudes millonarios, tanto en la adquisición de medicamentos como en el pago farmacéutico, no menos sucede en otros sectores duramente castigados por la mediocridad de unos `padres de la patria` que más parecen regentes de burdel que avezados dirigentes en busca de soluciones prácticas y precisas. Uno de esos maltratados sectores a los que aludíamos es la Educación.
El ministro de Educación y ‘Cosas Varias’, señor Wert, no parece ver que nos está llevando a un retroceso histórico, porque las medidas de control del déficit público no funcionan en este sector. Al PP le está saliendo el tiro por la culata, en la misma línea que le salió al Gobierno socialista. De nuevo, el Ministerio de Educación y `Cosas Varias` lo encabeza un `todovale`, aunque valga poco.
Es tal "la pedrada que tiene" (dícese del que está como un cencerro) que los recortes en algunas autonomías pretende que lleguen al 35% de las partidas educativas; la reducción del número de profesores superará en todo el Estado la cantidad de 130.000; no se cubrirán bajas por enfermedad como no se han cubierto en el curso que ahora acaba; las ratios aumentarán considerablemente hasta convertir las clases en almacenes de niños y jóvenes; aumentarán las horas lectivas del profesorado de forma desproporcionada; el profesorado verá reducidas sus retribuciones ordinarias, así como en los casos de baja por incapacidad temporal; se retiran buena parte de las ayudas sociales; se eliminan las partidas de formación del profesorado y se reconvierten plazas para no tener que pagar el verano a los pocos interinos que se contraten, etc, etc.
Pero no acaban aquí todos los daños que los dirigentes políticos están haciendo a la población. Tenemos para contar durante todo el verano, desde la playa, la montaña o la sombra de la piscina.
Jesús Salamanca Alonso
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