Incapaces de ganarse el respeto
“Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”
Han pasado las segundas elecciones generales para formar Gobierno en España y continúa la misma incertidumbre que antes de celebrarse. Tras las primeras, se demostró la nula capacidad de entendimiento de los líderes políticos y su falta de preparación democrática: incapaces de hablar, nulos para acordar y desconcertados para regir los destino de un país elegante como España; sin duda, lo menos elegante es esta `tropa` desorientada, excesivamente ambiciosa, muy interesada en sus cuestiones y nada por las de la ciudadanía. En Europa ya somos el hazmerreír; mejor dicho: lo son ellos.
Lo sorprendente es que haya acudido tanta gente a votar. Decepción tras decepción y los más siguen tropezando en las mismas piedras que, dicho sea de paso, están en los mismos sitios. Nada que ver la categoría política de la época de Aznar, Felipe González, Alfonso Guerra, Adolfo Suárez,... Hoy, los que se hacen llamar líderes políticos, no les llegan a los tobillos; en ellos prima la contradicción y el egoísmo personal; incluso en algunas formaciones, prevalece el afán por destrozar España, fusilar la unidad nacional y buscar venganza teñida de odio. Precisamente por eso se les ha perdido el respeto; recuerden aquello de que "cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”.
A Rajoy se le ve con ganas de tirar del carro, de centrarse en sus cometidos y de cerrar la difícil situación por la que pasa el país. No hay más que echar una ojeada a la Bolsa; varias semanas de pérdidas y de nula inversión. Ni siquiera el Banco de Santander es capaz de sacar la cabeza del agua. Tan solo Aena e Inditex se mantienen ahí y generan ilusión --aunque muy poca-- entre los inversores y jugadores de Bolsa. El problema de Mariano es que ha cerrado muchas puertas durante años y ahora... ¡No le arriendo las ganancias! Tendrá que salir el IBEX35 en su ayuda; por cierto, el IBEX35 no son ciento y pico empresas, como decía el cántabro, Revilla: no por decir más tonterías se es más gracioso.
Desde Ciudadanos se siguen dando palos de ciego. Su líder es lo más parecido a un pollo sin cabeza. Ha perdido una decena de diputados, sigue con sus contradicciones, su indecisión y sus cambios de opinión. Ya no creen en él ni los suyos. No lo duden: si hay unas terceras elecciones, pierde hasta la camisa. Bien claro lo han dicho los empresarios: "Ya no nos sirve. Nos hemos equivocado. Precisamos un `caballo` ganador". Y si a todo eso añadimos que empiezan a salirse casos de corrupción por todas partes, pues... ¡Ya me dirán ustedes! La situación la pintan calva y degollada.
Por la izquierda centrada, hasta que llegó el tal Sánchez, el socialismo sigue desnortado por culpa del `nuevo Zapatero`. El tal Sánchez está haciendo más daño que un nublado de verano: su ambición le cegó; por su culpa hubo que gastar 150 millones de euros en unas segundas elecciones; va a su aire en el PSOE; los `grandes maestros` del socialismo --Felipe González, Rubalcaba, Leguina-- no consiguen que se centre. Ahora mismo es un peligro público y privado. Y si añadimos la mala fama que le ha hecho ganar su media naranja, pues.... sinceramente… ¡está de atar!.
¿Qué decir de Pablo Manuel `Mezquitas`, el bolivariano? Si monta un circo le crecen los enanos y encogen los elefantes. Por mi parte, merece artículo aparte, porque cada día se descentra más y se gana más enemigos entre los suyos. También tiene un circo muy mal organizado, como el PSOE. Mejor sería que se dedicase a otras cosas antes de que se cubra de porquería, más aún. Por cierto, ya no le va a ser fácil regresar a la Complutense ni con el apoyo de su amigo Carrillo, hijo.
Finalmente, recuerden aquel dicho tan conocido de los políticos y de los libros: "Los políticos son como los libros de una biblioteca, cuanto más alto están menos sirven". Doy fe.
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