Noticias de Cantabria
27-01-2015 15:00

Hay miedo en el Partido Popular

Se saben perdedores, tanto por la corrupción que ha invadido el partido como por el nulo cumplimiento de sus compromisos electorales.

En la convención del Partido Popular se lo han pasado de miedo durante el fin de semana. Se han metido con el PSOE, con Podemos y con todos los partidos que pueden hacerles sombra en las diferentes elecciones que hay este año 2015. Pero no han nombrado a Bárcenas, ni Gürtel ni la corrupción existente en el HUBU, ni los ‘trincones’ de la comunidad de Madrid, ni a los imputados de Valencia, ni a sus altos cargos que hoy están en prisión, ni…ni… Todo hay que decirlo: el gran susto del fin de semana se lo ha llevado el partido de Rajoy cuando ha visto los resultados de Grecia. A muchos les habrá entrado urticaria o fiebre de heno.

No es de extrañar que los medios de comunicación de Castilla y León destaquen el miedo existente entre los dirigentes del Partido Popular. Saben que han perdido la credibilidad y que no han cumplido con lo que prometieron hace cuatro años. Se saben perdedores, tanto por la corrupción que ha invadido el partido como por el nulo cumplimiento de sus compromisos  electorales. Como decía el domingo Pablo Iglesias, el reloj para desalojar del poder a la derecha inicia su marcha atrás: “¡tic, tac… tic, tac… tic,…tac…!”

Para muchos altos cargos que viven de la política y por la política va a ser muy dura la travesía del desierto, ya que no tienen oficio ni beneficio. El PP se ha rodeado de ‘besamanos’ y fieles, pero ahora va a recoger los frutos de la inactividad, la vagancia, la dejadez y la desidia continuada. Buena parte de esa vagancia vienen practicándola desde algunos puestos de libre designación y las frecuentes visitas a las cafeterías de las numerosas Consejerías y de los aledaños a las mismas. Como lo comprobamos a diario, nadie nos puede decir lo contrario.

Lo más sorprendente es comprobar cómo todos los líderes provinciales están pidiendo a Juan Vicente Herrera que se vuelva a presentar. Él ya dijo hace tiempo que no lo haría y, recientemente, se lo ha confirmado a sus cercanos. Pero es tan cambiante que ante la petición de sus ‘besamanos’ no sería extraño que se volviera atrás. Ese es el tipo de político segundón que tenemos en Castilla y León: hoy es ‘digo’ y mañana es ‘diego’. Con tal de seguir en el machito, se venden por un plato de lentejas o se bajan los pantalones para seguir en el coche oficial y con sueldo muchas veces inmerecido. ¡Y si no que alguien me lo desmienta y me demuestre lo contrario!

Si Juan Vicente Herrera no cumple su palabra, se lo vamos a echar en cara  constantemente y, durante la campaña electoral, se va a tener que tragar sus mentiras y lo que cree que es un juego de chavalines. ¡Vaya descrédito que tiene este señor! Pero es lo que hay. 

Por desgracia, son los bueyes con los que hay que arar. Y todo es por el miedo que arrastran sus adláteres a quedarse a la intemperie. Fuera de los cargos públicos y de los despachos pagados por el erario público hace frío, mucho frío. ¡Qué diferencia entre el ínclito alcalde de Valladolid y Juan Vicente Herrera: el primero cumple siempre con su palabra, su programa  y sus promesas, mientras el segundo todo lo acomoda a la conveniencia del momento y del lugar. No tardarán algunos del PP en caer del burro y del árbol. Al tiempo.

 

 

 

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