Noticias de Cantabria
28-02-2016 07:05

El Museo Aeronáutico de Cantabria

Hace unos días he tenido la ocasión de visitar el Museo Aeronáutico de Lanzarote, ubicado en el antiguo edificio de la “terminal” aeropuertaria de la isla canaria. ¡Y me ha gustado mucho!. Es pequeño, sencillo, pero muy atractivo y visitado, como tuve ocasión de comprobar en la hora y media que duró mi visita.


Hace unos días he tenido la ocasión de visitar el Museo Aeronáutico de Lanzarote, ubicado en el antiguo edificio de la “terminal” aeropuertaria de la isla canaria. ¡Y me ha gustado mucho!. Es pequeño, sencillo, pero muy atractivo y visitado, como tuve ocasión de comprobar en la hora y media que duró mi visita. Y lo gestiona tan sólo una activa y amabilísima azafata, que lo mismo informa del horario, que explica maravillosamente cada elemento del mismo o que fotografía a los grupos frente a los paneles o el trampantojo y ello hace que la visita sea una delicia… (Abierto de lunes a sábado, de 10 a 14 horas, con entrada libre. Tél 928 846365. acemuseo@aena.es).
¡Pero me entró mucha pena, envidia y desazón!...
Y ello fue motivado por el hecho de que en Cantabria tenemos mucha, ¡muchísima!, más historia aeronáutica y no hemos sido capaces de crear un museo que informe y deleite a los visitantes de nuestra historia de la aviación, ya centenaria, desde el día que un tal Ferdinand Pascal consiguió elevar su frágil aparato, un Bleriot XI, desde el Aeródromo de La Albericia, allá por el año 1910. Y se irá perdiendo en la memoria de los tiempos…
En nuestra región, pronto aparecieron pilotos montañeses de la talla de Juan Pombo Ibarra, Salvador Hedilla Pineda, Joaquín Cayón Gutiérrez, Eloy Fernández Navamuel, Teodosio Pombo Alonso-Pesquera, su hermano, Juan Antonio Pombo, Apolinar Sáez de Buruaga, Vicente Cañas Cagigas, etc., que hicieron historia sobre todo el mundo. En la Guerra Civil, el aeródromo de La Albericia albergó el Mando Aéreo del Norte de España del bando republicano, con un trajín de aviones y pilotos, que tuvo en ocasiones a cerca de un centenar de aparatos (Sin olvidar a los valerosos pilotos cántabros como Felipe del Río Crespo, Manuel Zarauza Clavero o Cipriano Rodríguez Díaz, “Cucufate”); tomada la ciudad de Santander, ocuparían este aeródromo y otros cercanos las fuerzas aéreas del bando nacional y durante casi dos décadas, en La Albericia permaneció un destacamento militar del Ejército del Aire.
Acabada esta infausta Guerra Civil, el mundo de la aviación tuvo un gran florecimiento en Santander, en torno al Aero Club que se ubicó en los bajo del Hotel Bahía y que utilizaba el Aeródromo de La Albericia, en dónde hubo toda una pléyade de pilotos como los hermanos Yllera, José Llaca Álvarez, Rafael González Echegaray, Marcial Alcalá, Miguel Báscones Alonso, Miguel Pereda Pelayo, Laureano Ruiz Liaño, Gerardo Zamanillo Fernández, Enrique Corcho Pila, Santiago Fiochi Gil, Jesús de Cospedal Llano, Ángel Hernández Morales, Marcel Jaurey Fernández, Leonardo Novo Ramos, Eduardo González-Pardó Autrán, Juan Luís Alonso Peñil, Francisco Vidal Alonso y un largo etc. que nos llevaría hasta nuestros días, algunos aún vivos y que, a buen seguro, nos contarían muchas vivencias y anécdotas que ellos vivieron.
Pocas personas saben que en Cantabria hemos contado con dos sacerdotes pilotos, como Jesús Gómez Abad y Teodosio Herrera Fuente. También ha habido militares de prestigio como Manuel García Miranda, Juan José Aldasoro Quijano o el torrelaveguense y excelente piloto, Alejandro García González, quién en 1990 es nombrado Capitán General de la 2ª Región Aérea y Mando Táctico, en la Base Aérea de Tablada, y al año siguiente se le entrega la Jefatura del Mando Aéreo del Estrecho, con rango de Capitán General del Aire.
Ya en el lejano año de 1921, Santander estuvo unida a Bilbao y Biarritz por una línea regular de hidroaviones de la compañía Transportes du Sud-Oest (TASO) y más tarde la Societé Franco-Bilbaine des Transports Aériens, con aparatos Tellier-Levy T-3, dos de los cuales inauguraron la línea con nuestra ciudad el día 8 de marzo de 1921.
En 1948 aterrizó en el Aeródromo de La Albericia, el primer avión de la Compañía Auxiliar de Navegación Aérea (CANA), con un bimotor Miles-Gemini (EC-ACS), de ala baja, con capacidad para cuatro personas, procedente de Madrid, que inauguraba los vuelos chárter, uniendo Santander, Madrid y Barcelona; dos años más tarde, comenzó a operar la compañía Iberia, procedente de Madrid, que supuso la inauguración de este servicio regular de pasajeros, con un bimotor Douglas DC-3, “Alas Iberia” (EC-ADR), pilotado por Teodosio Pombo, que inauguraba esta línea entre Santander y Madrid.
En La Albericia hubo dos importantísimas fábricas de aviones, de dónde salieron aparatos, militares y civiles, que en su tiempo fueron la admiración de todos, surcando los cielos de España y alguno de ellos aún activo, después de su restauración por la Fundación Príncipe de Orleans (FIO).
Hay acontecimientos que nos han puesto en los medios de comunicación internacionales como los aterrizajes del Pájaro Amarillo o el Pathfinder en la playa de Oyambre en 1929, el mismo año que sobrevoló nuestra ciudad el gran dirigible alemán Graf Zeppelin; al año siguiente llegarían a nuestra bahía el hidroavión Dornier Do-X, capaz de transportar a 170 personas o el Autogiro de La Cierva o la llegada de Charles Lindbergh a Santoña a bordo de su hidroavión...
¿Y qué decir de la travesía Santander-México que en 1935 protagonizó el aviador santanderino Juan Ignacio Pombo Alonso-Pesquera?; ¿Cuántas personas saben que en 1943 llegaron a La Albericia dos Junker Ju-88 de la Luftwaffe con problemas técnicos y que se quedaron ya en España como “internados”?...
Ya pocos montañeses recuerdan la antigua terminal (Ver foto) de nuestro actual Aeropuerto Severiano Ballesteros de Santander, que fue inaugurada en el año 1953, con la presencia del Ministro del Aire y las principales autoridades de Cantabria.
Aún quedan numerosos testimonios gráficos y muchas personas guardan en sus casas objetos relacionados con este interesante mundo de la aviación, que podrían llegar a formar parte de este interesante museo; yo mismo contribuiría a darle forma, junto con técnicos museísticos, investigadores y muchas personas anónimas que, a buen seguro, contribuirían generosamente a crear y conservar este patrimonio de nuestra historia ya centenaria.
Ahora, tan sólo dos aviones que también hicieron historia al llegar a España por el puerto de Santander hace más de medio siglo, se encuentran en las inmediaciones del Aeropuerto, para recordarnos que Cantabria nunca ha estado de espaldas al mundo aeronáutico,… Entre todos, con voluntad y determinación, podríamos hacer un digno Museo Aeronáutico de Cantabria.
Pero…

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Comentarios(2):

CMM - 28-02-2016

Este articulo es como un oasis frente al analfabetirsmo politico y del otro que nos rodea

Montañés - 28-02-2016

¡Grandísima idea!. Y enhorabuena por rescatar esta parte de nuestra historia cántabra. Ójala algún podamos ver en La Montaña un Museo Aeronáutico de Cantabria, dónde estén representados todos esos pilotos montañeses que has comentado.