¿Dónde está el Partido Popular?
Ese “está donde estaba”, que dijo Juan Vicente Herrera, es el más puro inmovilismo, el atrincheramiento de los más cobardes, el apoltronamiento y la desvergüenza.
La Convención del Partido Popular ha decepcionado a la ciudadanía este fin de semana. En buena medida siguen mintiendo como cuando llegaron al poder. De todo aquello que pensaban hacer, casi nada se ha realizado. Bien es verdad que, por decir algo positivo, al menos han intentado que la crisis no profundizara más. Sí, aquella crisis en la que nos metió el Partido Socialista por negar las evidencias y por no hacer los deberes a tiempo. Así lo reconoció Bruselas y así lo reconoce la ciudadanía española. No hay más que comprobar la tendencia de voto del PSOE ante las próximas elecciones.
“¿Dónde está ahora el Partido Popular?”, decía Aznar en la Convención. La respuesta es sencilla: “¡Está donde estaba cuando usted dejo la Presidencia, pero con muchos más corruptos!”. No hay que llevarse las manos a la cabeza porque es fácil la respuesta para tal pregunta. También le ha respondido ayer Juan Vicente Herrera Campo, pero esa respuesta solo satisface a los suyos. Ese “está donde estaba” que dijo Herrera es el más puro inmovilismo, el atrincheramiento, el apoltronamiento y la desvergüenza. Ya se sabe que las verdades eternas trasladas a la política –en palabras de ínclito e inolvidable Juan María Bandrés-- son un primer paso hacia el totalitarismo.
El presidente de Castilla y León –que ya ha dicho a sus cercanos que no se va a volver a presentar– se recreó con su conocida labia, pero sin decir nada más que obviedades y algunas ‘trolas’ de esas que solo le podemos pillar los que somos de la tierra. Más vale que pise la calle y compruebe la realidad. A este personaje de ‘dibujos animados y comics’ habría que pasearle por la comunidad de vez en cuando para que no le pase lo que a sus cargos, altos y bajos. Hay servicios periféricos de educación y de sanidad donde no se responde al contribuyente; se creen por encima del bien y del mal y su aspiración es que cada ciudadano resuelva sus propios problemas. En mi pueblo lo llaman dejadez, desidia, incompetencia y vagancia. Quienes me conocen, saben que en lo dicho no hay puntada sin hilo, porque es el momento de denunciar tantas calamidades pasadas en estos últimos cuatro años y la culpa solo es de la incompetencia pública con cargos que, además de no saber gestionar, son cargas sociales y económicas. Al buen entendedor…
No es de recibo decir en público que “el Partido Popular en Castilla y León gobierna para todos”. Y yo me pregunto: “¿quiénes son todos?”. Porque el presidente y sus colaboradores ni siquiera responden a la ciudadanía. Por un lado están escondidos en sus despachos la gran mayoría de los cargos de confianza, muchos de ellos con más horas de cafetería que de gestión. Por otra parte, tanto Presidencia como alguna Consejería han habilitado webs para responder al ciudadano y casi nunca están operativos los correos para no leer lo que no quieren, con lo que es igual que no tenerlas. Hay miedo, mucho miedo. Doy fe.
Muchas de las cuestiones que se plantean al correo público del presidente Herrera (buzon.presidente@jcyl.es) nunca llegan a ser respondidas, lo que confirma esa abundancia de horas de cafetería en detrimento de las horas de gestión. Hasta el propio Procurador del Común ha advertido que eso no puede seguir así, a lo que se unen miles de quejas en todo tipo de temas. Pero, claro, el Procurador lo advierte con la boca pequeña porque él depende de las Cortes y, por si acaso, no hay que dar mucha guerra.
En fin, no es de recibo que Herrera Campo salga de su Castilla, el día después de su cumpleaños, a decir barbaridades, a lucirse y a encabritar al personal. ¡Bastante nos encabrita a diario con las noticias que aparecen en los medios de comunicación de Castilla y de León! Unos medios que se bajaron los pantalones con el Partido Popular hace años y aún no se los han subido. Y si no, desmiéntanmelo.
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