Noticias de Cantabria
09-06-2016 19:10

De la hipocresía a la corrupción

Si en algo ha destacado Juan Carlos Monedero es en convertirse en corrupto antes de tocar poder. No fue capaz de declarar ganancias, pero tuvo que hacerlo precipitadamente ante un soplo. Ese soplo parece ser que partió de la propia Hacienda. Es la características de este país: de Hacienda te soplan que te están investigando; de la Policía te soplan que van a hacer una redada (caso "Faisán") y así sucesivamente en cada caso.

Lo curioso es que siempre soplan a determinados `fenómenos`, pero no lo hacen con el ciudadano honrado, contribuyente y ciudadano ejemplar. ¿Por qué será? Y si a eso añadimos las opiniones vertidas por Monedero en su artículo "Capriles, el PP y el fascismo de siempre", pues estamos ante un ejemplo de hipocresía, mala fe, desconocimiento y paranoia desnutrida. Doy fe.

El caso es que el tal Monedero sigue siendo prototipo de corrupto dentro de `Potemos` donde, hasta los propios simpatizantes y afiliados, huyen de su lado cual corrompido o leproso de solemnidad. Y no hablamos de 250 euros sino de cuatrocientos mil euros largos. ¿Se puede ser más hipócrita y sinvergüenza? Hay sectores que se corrompen en la política y otros que llegan a la política ya corrompidos. La cuestión no acaba aquí; ahí tienen otros casos: Carmena, Zapata, Mestre, el alcalde de Santiago de Compostela, el senador-hijo de las `black`,... En muchos casos enchufan a familiares y amigos y lo justifican como necesario. Justamente lo contrario de lo que decían de Esperanza Aguirre, por ejemplo. Ya saben ustedes aquello de "Arrieros somos y por el camino nos encontraremos".

No solo se corrompen sino que corrompen a los demás. España es ahora el país donde el grado de corrupción es mayor, al menos dentro de la UE. Se lleva la palma el PSOE con las brutalidades en Andalucía, la cantidad de gente implicada y el montante de millones afectados: lo mismo aparece un personaje en un ERE, que nunca ha trabajado y se jubila, como surge un sindicalista que se llevó el dinero destinado a los parados y lo empleó en ‘fiestucas’, pan, vino y burdeles. ¿Un buen ejemplo para generaciones futuras? Lo dudo, pero es así.

También con un alto grado de corrupción aparece el Partido Popular, pero con mucha menos gente implicada, bastantes menos casos y mucho menos dinero. Bien es verdad que con la Gürtel se tapan muchas cuestiones. Ah, y no pierdan de vista a Ciudadanos, donde los casos de corrupción e informalidad se empiezan a multiplicar exponencialmente en ayuntamientos y comunidades autónomas. ´¡En fin,  qué quieren que les diga!  ¡Así nos cubre el pelo! ¡Estamos apañados, aunque con poca ropa!

 

 

 

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