Noticias de Cantabria
16-12-2014 09:00

Carta al ministro José Ignacio Wert

El verdadero problema puede surgir cuando se prohíba la bandera de España, con la que se siente representada la ciudadanía de bien.

¿Se puede ser más tardo y desequilibrado que el propio Wert? Yo creo que es difícil. Ahora resulta que el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, va a proponer que se retire la bandera de España de los estadios de fútbol y de todas las competiciones donde participe España, con sus equipos o selecciones. Lo repito: ¿se puede ser más estólido y torpe que el actual ministro de educación y cosas varias?

El señor ministro tiene la venda en los ojos. Confunde a ‘Rita’ con ‘Tari’, las dos prostitutas más famosas del Madrid republicano. Mezclar ideas y reflexiones no lleva a buen lugar. Según él, el Gobierno de Mariano Rajoy se ha propuesto combatir no sólo la violencia física en el fútbol, sino también la “violencia simbólica”. No solo va a intentar evitar que haya expresiones  “racistas y xenófobas” sino que, como decía más arriba, entre otras medidas se prohibirá  exhibir  banderas nacionales en los estadios de fútbol españoles.

En palabras del ministro Wert -- que tanto daño ha hecho a la educación, a la cultura y al deporte de este país, además de ser el ministro más denostado y execrado del Gobierno ‘mariano’—la bandera española genera “una actitud de rechazo en algunas aficiones que podría producir situaciones de violencia extrema”. ¿Y por eso se va a prohibir? Mire usted, señor Wert, es difícil encontrar cargo público más despreciado y despreciable que usted y, sin embargo, tenemos que levantarnos todos los días y aguantar sus memeces, estupideces y tonterías varias, además de tener que ir al ‘currele’. La prueba es que Mariano Rajoy le pidió hace tiempo que se callara de una puñetera vez, porque el daño que ha hecho como ministro  no tiene parangón, empezando por la LOMCE y acabando por el abusivo IVA cultural. 

Señor ministro, hablamos de la bandera de España, no de un trapo cualquiera. La enseña nacional ampara a todos los ciudadanos españoles, mientras que los ‘trapos’ de otro tipo  adornan solo a unos pocos. Y si son independentistas, sectarios, fundamentalistas, etarras o de “terra llivre”, allá ellos y su falta de responsabilidad. Ni los españoles se pondrán de rodillas ante aquellos a quienes usted tanto teme ni España se va a dejar amedrentar por los enemigos de la unidad…. Por cierto, no voy a caer en aquello del destino en lo universal.

Los Cuerpos y Fuerzas de seguridad del Estado tienen la obligación de controlar -- y si es posible evitar, mejor aún-- los choques violentos entre hinchas de equipos vinculados a la izquierda radical separatista y aficionados de otros equipos. El verdadero problema puede surgir cuando se prohíba la bandera de España, con la que se siente representada la ciudadanía de bien. La quema de banderas españolas en algunos estadios es un síntoma de inmadurez, estupidez, odio y resentimiento. Es difícil entender que la tozudez sea la bandera más representada, como es difícil entender que la mediocridad sea la bandera que ‘alumbra’ las ideas de la mediocridad ministerial. ¡Ya llegarán las elecciones y hablaremos en “roman paladino”.

Hay una cuestión que ha quedado suficientemente clara: los políticos de nuestra generación han llegado tarde a todas partes donde España debía estar representada dignamente. Pero siempre han sido puntuales para estar donde se pueden llenar los bolsillos, ‘destripar’ canapés, corromperse y ayudar a que otros se corrompan. Con los últimos datos de corrupción han tocado fondo, convirtiendo a la vida en peligrosa. Acostumbraba a decir Einstein que la vida es peligrosa, pero no por las personas que hacen y calculan el mal sino por las que se sientan a ver lo que pasa.

 

 

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