Banco Ceiss: juguete de políticos
Al hilo de esta última cuestión, no está de más recordar que los políticos y sindicatos de Castilla y León también tienen su culpa en el desastre de Caja España-Duero
Cuando la ciudadanía de Castilla y León está preocupada por el fraude del Banco Ceiss, como consecuencia de la nefasta gestión de Caja España-Duero y del afán de querer aparentar que era como un banco, llega el alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, y se pone en dirección contraria a los intereses de la Comunidad. Suele ser muy propio de él, dicho sea con todo el respeto al cargo.
No es de recibo que el señor Mañueco defienda la gestión fracasada de las dos cajas que más se identificaban con Castilla y León hasta que empezaron a surgir ‘agujeros’ económicos descontrolados. Tampoco es ético que un personaje público apueste “claramente” por la unión del Banco Ceiss con Unicaja. Una de dos: o está ciego ante la realidad –como piensan en su partido— o esconde algún interés no confesado. Lo que está claro es que todo lo relativo al Banco Ceiss se ha convertido en un juguete mal utilizado.
Al hilo de esta última cuestión, no está de más recordar que los políticos y sindicatos de Castilla y León también tienen su culpa en el desastre de Caja España-Duero; sin tener conocimiento de la materia acudían a las reuniones del Consejo con el único afán de ‘poner el cazo’. El tiempo lo ha puesto de manifiesto: prueba de ello es que cuando dejaron de recibir dietas, dejaron de acudir. ¿Se puede caminar cargando mayor cantidad de hipocresía?
Volviendo al señor Mañueco, todavía alcalde charro, no puedo entender que sustente el motivo principal de ese interés por la fusión en que ambas entidades “muestran una cultura similar". Creo que se refiere el edil a que Banco Ceiss y Unicaja tienen una idea parecida en lo que a "vinculación con el territorio" se refiere. No estaría de más que alguien le diera una clase particular sobre lo que es eso de la vinculación al territorio.
Esa afirmación no tiene sentido y, menos aún, cuando hemos comprobado el intento de querer ser como un banco, su afán expansionista y la ruina de quienes confiaron en Caja España-Duero. De ahí viene el mal uso de los fondos de los ahorradores, la acumulación de productos que entregaron al banco malo (Sareb) y el blindaje cutre a miembros del Consejo de Administración (¿Se acuerdan ustedes de Paquito “raquetas”, el anterior alcalde de León y de su brutal blindaje, cuyo mérito era ser un cercano amigo a Rodríguez Zapatero?)
Una vez más, el alcalde de Salamanca volvió a meter la pata al insistir en que lo procedente es mandar un mensaje de "serenidad, seguridad y tranquilidad" a los ahorradores, clientes y trabajadores de Banco Ceiss. ¿De verdad que el señor Mañueco no se ha trastornado tras la paliza ‘verbal’ que le dio Juan Vicente Herrera al querer medrar a la presidencia de la Junta antes de tiempo? Pues si no es así, lo parece, y todos los indicios son concluyentes.
Señor Mañueco: la serenidad ya no es posible por el engaño fraudulento de Caja España-Duero; la seguridad ha desaparecido al perder más del 73% de la inversión; respecto a la tranquilidad debo decirle que, cuando una familia pierde todos sus ahorros y se siente ninguneada, se pueden dar situaciones muy complejas, incluso que alguien se eche al monte o tire por la calle equivocada. Con esas afirmaciones suyas, cualquiera de los titulares de preferentes o comprador de deuda subordinada, podemos ponerle una “patata caliente” en la boca o “hacerle los perrillos” en cualquier momento, como poco. Y no descarte que lo hagamos, pero a su tiempo.
Después de “salir en los papeles”, que es lo que más le gusta al señor alcalde, acabó afirmando que defender los intereses de la ciudad y provincia de Salamanca es una posibilidad “escasa y limitada", ante la situación de la entidad. No puedo entender que se meta en un charco y solo piense en salpicar a ciegas. En fin, cosas de políticos trepa.
Ahora entiendo medidas como la del Gobierno de Mariano Rajoy con respecto a la luz; suben ésta cada año porque ellos no tienen luces. Con ello me ratifico en que fantasma y mediocre no llevan acento, pero con el tiempo sí se acentúan.
Jesús Salamanca Alonso
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