Abuso en las Cortes de mi tierra
Para que no carezca de legalidad, muchos de esos abusos están refrendados con los votos de todos los partidos con representación parlamentaria desde finales de los años ochenta.
Cuesta creerse la cantidad de escándalos que están apareciendo en el ámbito político. Da lo mismo que sea en las proximidades de la monarquía borbónica -- gracias al ‘yernísimo Urdangarín -- que en el Parlamento nacional por el cobro de sospechosas dietas de residencia o en el Parlamento de algunas autonomías, como Castilla y León. Eso sí, para que no carezca de legalidad, muchos de esos abusos están refrendados por votos los de los partidos mayoritarios desde finales de los años ochenta. Ahora entenderán el motivo por el que saco a colación esta cuestión. Ellos no sufren la crisis, cuando realmente son los que sobran.
En Castilla y León, según ha destapado el diario El Norte de Castilla, catorce de los 84 procuradores cobran un sobresueldo abusivo e irresponsable. De esos catorce procuradores, ocho de ellos cobran 1.800 euros y otros siete cobran 1.400 euros. Todo ello se recubre con el ‘envoltorio’ de “Gastos de locomoción y desplazamiento”, pero lo más grave es que esa cantidad se añade a otras retribuciones en especie y al salario fijo.
Ese sobresueldo mensual asciende para ocho de esos 14 políticos a 1.800 euros y para los otros siete, a 1.440 euros. Para los tiempos que corren, donde millones de familias no tienen nada que llevarse a la boca porque no entra ni un euro en casa, es un claro abuso político, un desprecio a la ciudadanía y una muestra más del descontrol que reina en la política de Castilla y León, en general, y en las Cortes en particular.
No voy a minimizar detalles para que no se pierda el lector. Pero atentos a estos datos: los miembros de la Mesa de las Cortes y los portavoces de los tres grupos parlamentarios son quienes se embolsan esos 1.800 euros a los que aludía antes. Lo curioso del tema es que uno de esos parlamentarios es de la Unión del Pueblo Leonés y, dicho sea de paso, este procurador renunció a todo pago procedente de las Cortes, al entender que no representan a León. En fin, la primera en la frente. Pero hay más.
Siete de los procuradores cobran mensualmente 71.886 euros (cuatro procuradores de la Mesa más los tres portavoces). Sinceramente es excesivo dinero para la labor que hacen y para lo que sirve ese trabajo. No olviden que las sesiones se celebran quincenalmente y acuden el miércoles por la tarde y el jueves por la mañana, para poder cobrar dos dietas. En una palabra, otro escándalo por abuso, dejadez de la presidenta e irracionalidad.
En época de aguda crisis -- por la mala gestión del Gobierno de Zapatero y el abuso de los bancos -- no parece procedente el abuso de los parlamentarios de Castilla y León. Muchos de ellos se pasan tres pueblos, precisamente esos pueblos que quieren eliminar del mapa con la nueva reordenación del territorio. Todo sea dicho: una reordenación cuya negativa la encabeza el alcalde de Salamanca, señor Fernández Mañueco (Fernández ‘muñeco’, como se le conoce en las filas del PP regional, por aquello de ser el muñeco de Herrera).
Cuando miles de familias en Castilla y León están sin trabajo y, en muchos casos, sin cobrar ni una sola moneda, hay procuradores que cobran sueldos mensualmente muy por encima de los cinco mil euros más cantidades en especie más casi dos mil euros por locomoción y desplazamiento. Si sumamos: casi ocho mil euros.
Sinceramente es para quitarse la gorra y tomarse en serio el abuso que llevan cometiendo desde hace muchos años. Pero hay otros abusos insostenibles e insoportables que saldrán en los próximos días. ¡Que nadie lo dude, el gran escándalo será la traca final del PP en Castilla y en León, salvo ignorancia ciudadana! ¿Apostamos?
Por cierto, también las Cortes pagan el teléfono móvil a sus parlamentarios. Prefiero, querido lector, no contarte todo en una sola entrega. De momento ya ha adelantado mucho de lo que sucede en la política regional el periodista de El Norte de Castilla, señor Foces. Sería una pena que le taparan la boca con prebendas o amenazas. Otros seguimos investigando.
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