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Opinión 09-01-2020 07:00

Vicente Cañas Cagigas, por Pedro Arce Díez

Amadeo Vicente Cañas Cagigas nació en Guarnizo (Cantabria) el 31 de marzo de 1909, en el seno de una familia numerosa -16 hermanos-, y murió en accidente de aviación el 29 de junio de 1942, en Argentina, en la localidad de Haase, al norte de la provincia de Tucumán.

Con nueve años, su familia le envía, junto con uno de sus hermanos, a estudiar a Francia, a un colegio regentado por religiosos donde realiza sus estudios primarios. A su vuelta, continúa su formación en Santander. Su padre le da la oportunidad de trabajar en los negocios familiares, pero la afición por volar de Vicente se va transformando en firme vocación, lo que le lleva a iniciar su carrera de piloto.

A los 21 años ingresa voluntario en Aviación Militar, para permanecer en el servicio tres años. En su expediente de filiación, de 30 de abril de 1930, figuran sus señas físicas: estatura de 1,77 centímetros, perímetro torácico de 95 centímetros, pelo negro, ojos negros, nariz regular, frente ancha, barba naciente, color bueno, producción buena. A lo que añade aire marcial. Cañas posee ya en 1931 el título oficial de Piloto Aviador Civil por la Federación Aeronáutica Internacional (FAI), con el carnet número 21.028, por lo que decide solicitar permiso en Aviación Militar para realizar las prácticas necesarias que le permitan obtener oficialmente el título de Piloto Militar. Admitida su petición, en junio de 1931 se convierte en alumno piloto y realiza el curso de transformación en la Escuela Elemental de Alcalá de Henares, que le permite obtener el título de piloto militar. 

El 12 de agosto de 1932 ingresa en la Liga Española de Pilotos Civiles de Aeroplano y en diciembre de 1933 es certificado como profesor de vuelo.

Es destinado al  Aeródromo de Getafe en la 1ª escuadrilla, 2º Grupo, donde es soldado de complemento piloto militar de aeroplano, a las órdenes de su Comandante Mayor, Alfonso Fanjul, y Primer Jefe el Teniente Coronel de intendencia Antonio Camacho Benítez, permanecerá desde marzo de 1932 hasta julio del 33, pasando luego a la escuadrilla del Grupo número 31 y participa en el concurso de patrullas militares  entre Getafe y Granada, en el que su patrulla obtiene la Copa Nacional, así como un tercer galardón por la exhibición en formación de su unidad sobre Granada. Vuela en Getafe, Cuatro Vientos, Valencia, Sevilla y Granada. Ese mismo año realiza un Curso de Observadores y otro de Información, acumulando muchas horas de vuelo antes de licenciarse de Aviación Militar.

En octubre de 1934 recibe autorización del Ministerio de la Guerra y de Aviación Militar para volar con una avioneta Klemm L-25 Swallow matrícula EC-ACC del Aeroclub de España, sobre varios puntos de la Sierra de Madrid, en compañía del operador cinematográfico José María Beltrán, con el fin de realizar una filmación de la zona.

Su padre compró varios aviones cuando adquirió los terrenos para construir una escuela de vuelo en Sondica (Vizcaya), creando la  Sociedad Aviación Vizcaína que presidió y en la que pudo haber capital de otros pilotos santanderinos, tal vez los Pombo. En diciembre de 1935, en el número 45 de la Revista de Aeronáutica, se publica que ha sido autorizada a la Sociedad Anónima de Aviación Vizcaína –cuyo presidente y mayor accionista era el padre del piloto, Pablo Cañas-, con el objetivo de establecer una Escuela de Pilotos en el campo de vuelo de Sondica (Vizcaya), que estaría dirigida por Vicente Cañas y contaría como profesor con Juan José Guisasola, antiguo compañero de Cañas en su servicio militar en Aviación. Al parecer, la Escuela no alcanza la aceptación esperada y Cañas se traslada a Barcelona y se incorpora al equipo de profesores de la Escuela de Vuelo Progreso, en la que permanecerá hasta 1936. Pablo Cañas compró al menos tres aviones en esos años y es evidente que debieron estar en La Albericia. 

En la familia recuerdan que en Santander los periódicos de la época se hicieron eco de la noticia de un vuelo sobre las playas del Sardinero en el que Vicente llevaba a su hermana Lucía Cañas. También existe la constancia de que el 4 de mayo de 1932, se casó su hermano Jesús con Pura Liaño y llevó las arras el niño Laureano (“Anín”) Ruiz Liaño; ese mismo día, Vicente voló desde La Albericia, dando el bautismo del aire a muchos invitados en un aeroplano De Havilland de Manuel Martínez (“Tafall”); el niño Laureano se subió al ala con la intención de que fuera llevado en uno de los vuelos, pero le echaron al suelo. Esta familia estuvo muy relacionada con Argentina y Jesús edificó el balneario del Mar del Plata.

A principios de ese mismo año, su buena capacitación le permite acceder a un curso de vuelo sin visibilidad en  Croydon, Inglaterra, que finaliza unos días antes de la sublevación militar de julio del 36.

Croydon era un aeródromo civil muy importante, el primero en el mundo en realizar control de tráfico aéreo. Allí volaban entonces Alan Cobham, Charles Lindbergh, Bert Hinkler, o Charles Kingsford Smith, fundamentalmente en biplanos cuadrimotores. Cañas se especializa en Croydon en las técnicas de vuelos sin visibilidad, familiarizándose con lo que en aquel momento era la vanguardia en aparatos de a bordo. En esos años comenzaban a realizarse en contados aeropuertos los vuelos sin visibilidad. En España eran pocos los pilotos habilitados, entre ellos el propio Cañas, el Coronel Gil y García Morato, que realizaron los mismos cursos en Croydon. En este aeropuerto falleció el 9 de diciembre de 1936 Juan de la Cierva, al estrellarse en el despegue el avión de vuelo regular Douglas DC-2 de la KLM con dirección a Amsterdam.

Vicente Cañas regresa a España en el verano de 1936 y es movilizado en Barcelona como piloto militar con el grado de alférez (Boletín Oficial de la Generalitat de Catalunya de 1 de septiembre de 1936), siendo asignado al aeródromo del Prat de Llobregat.

Posteriormente se le trasladará a Murcia, a una escuadrilla de bombardeo nocturno que, con material francés Marcel Bloch 210 y Breguet Vultur, tendría su base en Gerona. Según la causa militar incoada tras la Guerra Civil a Antonio Gaztañondo Fontrodona, que era uno de los miembros, la escuadrilla Bloch se estaba formando en Los Alcázares (Murcia) para pasar luego a Gerona, y según el mismo piloto declaró para formar el grupo se buscó a pilotos civiles movilizados que había sido tachados públicamente de fascistas, entre los que citaba el mismo, Ramón Torres y Cañas.

El 13 de febrero de 1937 los tres aparatos Bloch deben salir para Valencia, pilotados por Torres, Cañas y Gaztañondo, pero este último aviador pone todo tipo de impedimentos para el despegue de aparato y finalmente es denunciado y detenido. Cañas intercede por Gaztañondo ante Felipe Sandino, Jefe de la Aviación de Barcelona; persiste en su actitud y es sometido a arresto domiciliario, para más tarde ser destinado como profesor a Los Alcázares.

En Gerona, la unidad está al mando del capitán Ramón Torres y Vicente Cañas vuela varias veces con Andrada como segundo piloto en un Marcel Bloch 210. El 5 de marzo de 1937 muere Torres con el Breguet Vultur y el grupo se va a Lérida, donde se une a la escuadrilla de Potez con la que hace misiones nocturnas desde ese aeródromo y otros campos republicanos de Aragón, compartiendo servicios con renombrados pilotos como Francisco Torres Marín. Ángel Cristiá Sóler y Juan José Armario, Jefe del Grupo. 

Vicente Cañas dirige la escuadrilla Bloch y vuela también en los Fokker y Potez del Grupo. Según testimonio de José Burell Mata, Cañas pudo ser el piloto elegido para realizar el bombardeo a la Basílica del Pilar de Zaragoza, aunque no hay constancia documental sobre su participación en dicho vuelo.

Cañas pasó a la Escuela de Polimotores de Reus y después se dedicó a realizar servicios de transporte de personalidades políticas y militares del gobierno republicano hasta el final de la guerra, llevando, entre otros, a Juan Negrín, José Miaja y Vicente Rojo. 

En los últimos días de contienda realizó varios vuelos desde Figueras para sacar por vía aérea a refugiados, algunos heridos, hacia Toulouse (Francia), algunos sin permiso de las autoridades galas. Cañas pilotó uno de los últimos aviones republicanos que salieron de España y en su vuelo recibió fuego del ejército franquista que avanzaba para tomar el aeródromo, regresando a Toulouse con las alas del avión perforadas por balas de fusil. Fue apresado por la policía francesa e internado en el campo de concentración de Argelès Sur Mer. Poco después obtiene permiso para exiliarse a Chile gracias a la acción de señaladas personalidades republicanas.

Parte de Francia por vía marítima en un buque francés de exiliados, “El Massillia”, quizás fue en este viaje del “SS Massilia”, que salió de La Pallice, cerca de La Rochele y arribó a Buenos Aires el 5 de noviembre de 1939, y que transportó a un amplio grupo de exiliados españoles, y en el que Vicente Cañas conoció al periodista uruguayo Natalio Botana, director y fundador del mítico diario “Crítica” y quien tenía ciertas simpatías hacia la República y que conocía a algunos de los que transportaba el buque y a quienes ayudó poco antes de la invasión alemana, llegando a Argentina –donde residía desde hace años su hermano Julio Cañas-, como exiliado en tránsito para Chile. Una vez allí se encuentra con compañeros aviadores que le animan a quedarse. 

 


La ocasión se le presenta casi de inmediato: El célebre pianista español exiliado, José Iturbi Báguena, que acaba de fundar la Filarmónica de Nueva York, visita Buenos Aires en uno de los aviones más rápidos de la época, un bimotor Hovaw, pilotado por un norteamericano que deja su puesto. El aparato se queda en Argentina y es adquirido por el entonces director de la Aeronáutica Argentina, Santiago Sánchez Elías, que al pilotarlo sufre un accidente en los primeros ensayos y busca un piloto que lo lleve. A falta de un piloto experto el aparato queda parado. Cañas prueba el avión y es contratado como piloto oficial, concediéndosele  la residencia de forma inmediata. 

Amadeo Vicente Cañas siguió desempeñando su oficio de piloto en Argentina, volando al servicio del presidente Ramón S. Castillo (mandato 1938-1943) y llegó a ser considerado como uno de los pilotos más diestros de la aviación argentina. 

La carrera del piloto santanderino se trunca el 29 de junio de 1942. El accidente se produce sobre el pueblecito de Hasse, en el departamento de Mariano Moreno, cuando Cañas realiza un vuelo con el bimotor Hovaw con destino a la finca de campo de Luís Zuberbüler, Secretario de Hacienda de la Intendencia de Buenos Aires y antiguo Secretario de la Embajada de Argentina en Washington. La finca estaba situada en Santiago de Estero y viajaban con Cañas el propio Zuberbüler y su esposa, Margarita Garret Corregiola, y el dueño del avión, Santiago Sánchez Elías. En el accidente perece Cañas y el matrimonio y Sánchez queda gravemente herido y parece ser que se habían talado árboles para improvisar una pista de aterrizaje. Según Ramón Agüero, compañero de Cañas en la Compañía Aeronáutica, el aparato tenía problemas técnicos en el tren de aterrizaje y el motor derecho no rendía normalmente. En el viaje de vuelta a Buenos Aires, pese a los problemas, el aparato logra despegar pero una vez en el aire roza con las copas de los árboles no taladas al final de la improvisada pista forestal. El contacto provoca el accidente y el aparato cae incendiándose inmediatamente.

Los restos mortales de Vicente Amadeo Cañas fueron trasladados a Buenos Aires y velados por sus compañeros y amigos en el Centro Republicano Español. Se contaron por miles las personas que acudieron a dar su último adiós al piloto. La bandera española cubría su féretro y numerosas coronas de flores enviadas por entidades argentinas y españolas llenaban la cámara mortuoria. Una larga comitiva de coches llegó al cementerio del Oeste, La Chacarita, donde esperaba numeroso público.  Durante el responso, tomaron la palabra César Fernández García, Presidente del Centro Montañés, Manuel Blasco Garzón, Ex ministro de Justicia de la II República España, y el Jefe del Aeropuerto de Buenos Aires, Ramiro Cinto, que en sus intervenciones destacaron la figura de Cañas como profesional aviador y como excelente caballero y amigo.

 Presidieron el acto muchas figuras relevantes, entre ellas el ex presidente del Consejo de Ministros  y Ministro de Estado de la República, Augusto Barcia; los generales del ejército español Vicente Rojo, Fernando Martínez Monje y Manuel  Rodríguez Jurado; el coronel jefe de Aviación Ramón Puperelli -antiguo jefe de la Escuadra de Caza de la Aviación de la República- y el ex presidente del Tribunal Supremo, Mariano Gómez y los coroneles Parra y  Galán, el Director General de Aeronáutica, Samuel Bosch, así como otras personalidades políticas y aeronáuticas argentinas. En la comitiva estaban presentes representaciones de entidades regionales argentinas, diplomáticos, periodistas y escritores tanto españoles como argentinos. La prensa de la época recoge las crónicas del accidente y del sepelio y las emisoras de radio españolas se hacen eco de la noticia.

Actualmente los restos mortales de Vicente Amadeo Cañas se encuentran en el cementerio de La Recoleta en Buenos Aires, en el pabellón de la familia Botana, ilustre periodista uruguayo-argentino. 

 

 

 

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