Noticias de Cantabria
Opinión 21-06-2019 17:00

Santander en la desgracia,

Según los historiadores, la ciudad de Santander nace en la segunda mitad del siglo I a.c. pues así lo delatan los restos arqueológicos encontrados en distintas partes de la ciudad. Desde entonces, hasta nuestros días, la ciudad se ha convertido en la envidia de muchas otras, no solo de nuestro país, sino de muchas otras partes del extranjero.

 

Cierto es que Santander es una ciudad muy agradable para vivir, con playas, buen clima, montaña próxima, tranquila, con todo tipo de actividades, tanto deportivas como intelectuales, en fin, que todo lo que digamos de ella es poco. Cualquiera que haya nacido aquí, está enamorado de esta ciudad y si está fuera, la echa de menos, volviendo a la más mínima ocasión.

 

 

El día 3 de noviembre de 1.893, el buque vizcaíno Cabo Machichaco, cargado con 51 toneladas de dinamita y ácido sulfúrico, explotó en el muelle, provocando la muerte a 590 personas y dejando 525 heridos. En aquel entonces, Santander contaba con 50.000 habitantes, falleciendo en la explosión la mayor parte de las autoridades civiles y militares, bomberos, trabajadores y curiosos que contemplaban el incendio. Cinco meses más tarde, el 21 de marzo de 1.894, se intentó recuperar la dinamita que aún quedaba dentro del barco y volvió a explotar, matando a 15 operarios, que allí estaban trabajando.

 

 

Una nueva desgracia ocurrió en la madrugada del 15 al 16 de febrero de 1.941, pues gracias a los fuertes vientos del sur, Santander fue arrasada por el fuego, ocasionando una única víctima en esta ocasión, un bombero.

Pero Santander, además del incendio y de la explosión del Cabo Machichaco, tuvo más desgracias que éstas, que sepamos, pues en 1.497, la Armada de Flandes, llegó a Santander con Margarita de Austria, que venía a casarse con Juan de Aragón y Castilla, heredero de los Reyes Católicos. La peste que trajo la flota, mató a 6.000 personas de una población estimada en Santander de 8.000 personas. Dos de cada tres, murieron.

De nuevo en 1.596, tres siglos más tarde, el barco Rosamunda, también procedente de Flandes, volvió a introducir la peste en nuestra región, asolando Santander, Castro Urdiales, Valles de Camargo, Villaescusa, Penagos, Cayón, Carriedo, Piélagos, Mayordomado de la Vega y otros lugares del norte, como Asturias de Santillana y de Campo, Tierra de Aguilar y Melgar, llegando hasta Potes.

Nuestro vecino Bilbao también quedó arruinada en varias ocasiones, al igual que Santander, sufrió también las consecuencias de estas pestes, además de una grave inundación, un incendio y de nuevo, otra gravísima inundación en 1.609.

Debido a estas epidemias, los días 12 de noviembre desde 1.503, se celebra en Santander el Voto a San Matías, interrumpido únicamente en 1.937, con motivo de la Guerra Civil.

 

 

El motivo de este ritual, que tiene una antigüedad de 500 años, es el de pedir al santo que guarde a la ciudad de todo mal.

Cuenta la tradición, que, en aquella época de pestes, la población encendió a los santos velas para que acabasen con la enfermedad y erradicasen la peste, pero de todas las velas, solo permaneció encendida la colocada a San Matías, por eso se instauró el Voto a San Matías.

Yo voy a poner una vela al santo, para ver si erradica de este país, otras cosas.

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Comentarios(2):

BANKY - 27-06-2019

Da gusto leerte.

Belen - 22-06-2019

Me gusta estas noticias tan variadsa