Medio siglo de la Joven Cámara de Torrelavega Por Pedro Arce
Efectivamente, dos de los periódicos de la época y aún en circulación ?ALERTA y El Diario Montañés- recogían el 28 de diciembre de 1972, la constitución de la Joven Cámara de Torrelavega, en una tipografía que era de escasa calidad, tal como se observa en la imagen precedente.

Hoy hace medio siglo de la primera noticia de la constitución de la Joven Cámara de Torrelavega; aunque la fecha pudiera inducir a confusión, por aquello de los Santos Inocentes, un grupo de personas pusieron en marcha de forma ingenua y valiente una asociación que, a pesar de los pocos años de su funcionamiento, dejó una huella importante en la ciudad del Besaya, que aún es perceptible, como aquellas relaciones con la ciudad francesa de Rochefort sur Mer.
Efectivamente, dos de los periódicos de la época y aún en circulación "ALERTA y El Diario Montañés"- recogían el 28 de diciembre de 1972, la constitución de la Joven Cámara de Torrelavega, en una tipografía que era de escasa calidad, tal como se observa en la imagen precedente.
Finales del año 1972, un grupo de torrelaveguenses comienzan a relacionarse con otros jóvenes españoles y deciden crear una asociación, la Joven Cámara de Torrelavega, que nace entre la curiosidad de muchos torrelaveguenses y hasta el recelo de algunas instituciones y personas. Pero pronto se va imponiendo en la ciudad, por el tesón, el esfuerzo y los hechos consumados y acaba siendo una institución conocida y respetada por toda la ciudadanía en muy poco tiempo.
No más de un centenar de personas jóvenes (hasta los 40 años) consiguieron llevar a cabo una serie de acciones en beneficio de toda la comunidad, al tiempo que afianzaban su propia formación y madurez personal; pero fueron miles los torrelaveguenses que se unieron a sus iniciativas y que seguro que aún están en la memoria de muchos.
Hoy es importante recordar que la primera iniciativa de los pioneros, hace ya medio siglo, fue la de proponer que el recién inaugurado Mercado Nacional de Ganados llevase el nombre de su artífice, Jesús Collado Soto, a la sazón alcalde de la ciudad y quien agradeció y declinó la iniciativa; años más tarde, se volvería sobre el tema y, a trancas y barrancas (políticas), hoy luce el nombre en el frontispicio. Y en estos meses iniciales, se propuso la realización de un Salón del Mueble del Norte de España, que fue un éxito sin precedentes mientras duró su existencia y que acabaría en el olvido institucional.
Hace muy poco, tuve la ocasión y el honor de escribir un libro sobre la "Historia de la Joven Cámara de Torrelavega", que fue editado por el Ayuntamiento de Torrelavega, en el que desgrané los principales aspectos de su trayectoria, en dos ejes básicos: los presidentes que se fueron sucediendo cada año en su trayectoria: Ernesto Gómez Rodríguez, Carlos Herreros de las Cuevas, Gonzalo Sánchez Moreno, Ricardo Bueno Fernández, Pedro Cayón Ruiz, Rodrigo Sainz Villegas,Francisco Díaz Villegas,Ignacio GoñiMéndez, Pedro Arce Diez, José María Puente Ibáñez y Manuel Herreros de las Cuevas. Y el relato de algunos de los muchos Programas que se llevaron a cabo: Salón del Mueble del Norte de España, Jornadas Académico-Profesionales, A la Actualidad por el Periodismo, el periódico Cántabro, Proyecto Europa, IX Congreso Nacional de Jóvenes Cámaras, Ciclo de Conferencias sobre Economía, Educación Vial, Escuela de Artes, Semana Cultural del Niño, Club de Opinión 80, Medicina Preventiva, Huerto Escolar, Hermanamiento con Rochefort sur Mer, Micología o Torrelaveguense del Año?
Ha habido Programas que tuvieron en su momento un éxito sin precedentes y que han dejado una huella importante en sus participantes y beneficiarios; pondría como ejemplo, al Huerto Escolar donde decenas de profesores y miles de alumnos se afanaron en cultivar sus verduras y hortalizas; o el Hermanamiento con la ciudad francesa de Rochefort, del cual se han beneficiado miles de alumnos, deportistas, artistas, periodistas, personas de la tercera edad, etc. y que aún sigue en todo su esplendor. En este momento no puedo dejar de citar el apoyo e impulso de los respectivos alcaldes de ambas ciudades para que este Programa se halla mantenido vivo durante casi medio siglo y, en el caso de Torrelavega, el apoyo municipal se ha extendido a los demás Programas que con tanta ilusión y eficacia se llevaron a cabo.
Como colofón a lo dicho, debe afirmarse que cuando las instituciones públicas y privadas y las personas con inquietudes unen sus impulsos, los beneficios para todos son perceptibles y ello genera una dinámica social, cultural y económica de indudable interés. Y esto me lleva a afirmar que Torrelavega nuevamente debe volver a repensar su pasado más glorioso y a unir sus esfuerzos con los actuales ciudadanos para impulsar un futuro esperanzador.
Seguro que muchos de los antiguos miembros de la Joven Cámara estaríamos dispuestos a aportar nuestro granito de arena, nuestra experiencia y nuestro deseo de servir a Torrelavega y la zona de Besaya; tan solo se precisa el impulso municipal para motivar y prender la mecha.
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