Noticias de Cantabria
Opinión 07-07-2024 12:03

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La Bego utilizó la Moncloa como Iñaki, el yerno del rey Juan Carlos, utilizaba la Zarzuela para sus negocios. Carlos Magdalena

De momento  su amante esposo Pedro Sánchez, utilizando los resortes del poder, ha conseguido que España entera no haya visto a su esposa en el banquillo, se ha librado de lo que se llama "la pena del banquillo"; no así pasó con la Infanta doña Cristina que tuvo que ir como imputada y hacer el "paseíllo" junto con su marido Urdangarin y no se produjo ningún cataclismo.

De momento  su amante esposo Pedro Sánchez, utilizando los resortes del poder, ha conseguido que España entera no haya visto a su esposa en el banquillo, se ha librado de lo que se llama "la pena del banquillo"; no así pasó con la Infanta doña Cristina que tuvo que ir como imputada y hacer el "paseíllo" junto con su marido Urdangarin y no se produjo ningún cataclismo.

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero es que en la historia y la vida se repiten  como es el caso de la Bego y el yerno del rey Juan Carlos. Iñaki Urdangarin fue juzgado y condenado no por sus negocios sino por forzar a las instituciones a llenar su "bolsa" y fue condenado y entró en la cárcel, cumplió, salió libre y recompuso su vida. Y desde entonces el descrédito de la Casa Real fue en picado hasta provocar el traspaso de la Corona.

La mujer del presidente del Gobierno, la señora de Sánchez lleva camino del mismo resultado, la cárcel y por los mismos motivos. Mucha prensa se enreda con intencionalidad en accidentalismos y no entra en el fondo del asunto que no es otro que el enriquecimiento ilícito bajo el paraguas de la Moncloa, de su marido Pedro Sánchez. El caso último conocido ha sido el de citar la mujer del presidente al rector de la Complutense de Madrid a la Moncloa para hacer un negocio que fue crear una cátedra en 10 minutos para gestionarla ella y obligar a que pusiesen el dinero algunos patrocinadores. Esto es un delito y es corrupción se mire como se mire, e insisto tiene el antecedente inmediato y cercano del ex yerno del Rey Juan Carlos, Urdangarin.
Solamente por ese caso, el de la cátedra y su modus operandi, es suficiente para que si seguimos el paralelismo con el ex yerno del Rey ésta señora sea juzgada y condenada. Pero es que en el caso Begoña están saliendo demasiadas actuaciones porque alguien tiró de la manta y me temo que el ovillo continuará deshilandose.

Podemos recordar también al hermanísimo de Alfonso Guerra, lejano en el tiempo, pero no de nuestras hemerotecas, que tenía una oficina paralela y era el hermanísimo del poderoso vicepresidente  Gerra, llegando a llamarle "el Conseguidor", y que entre esto y otras cosas obligaron al famoso Alfonso Guerra a la postración política.


Se llenan ríos de tinta cuando la evidencia es más que suficiente para seguir la línea recta, pero sin embargo no se hace porque lo impide la forma de actuar política del señor Sánchez, que confunde lo público con privado y que con los resortes del poder que tiene ataca de forma irreverente a los jueces para salvar de la cárcel a su mujer. Una actuación  que le desacredita para seguir de Presidente de España.


En el caso de Iñaki Urdangarin, yerno en aquella época del rey Juan Carlos, se actuó bien y conforme ley; en el caso del hermanísimo de Alfonso Guerra también se actuó bien, y en el caso de Begoña Gómez se está enredando y actuando rematadamente mal produciéndose un ataque frontal a la democracia, un ataque frontal a través del insulto y la descalificación atacando a los jueces, baluartes de nuestra democracia. Esto tiene que terminar de alguna manera porque está en peligro la democracia, la convivencia si se sigue atacando a los órganos judiciales con total impunidad. Lo peor de todo y muy grave es lo del Tribunal Constitucional donde Sánchez ha procurado poner a su gente en el TC para que hiciesen lo que están haciendo, cargarse la democracia y el Estado de Derecho y el art.14 de la Constitución y aquello de "todos somos iguales ante la ley" y la Constitución en su conjunto con las actuaciones contra iure.

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