Hacer turismo por Cantabria.... , por Pedro Arce Díez

¿Alguien se ha preocupado de hacer una encuesta? Con ella podríamos saber quién utiliza la playa y cómo, por qué vienen aquí muchos turistas del centro de España y del Levante, cuántos extranjeros nos visitan y de qué países vienen, en qué se desplazan, etc… Todo esto es importante saberlo para, por ejemplo, comenzar a cuantificar cómo nos va a afectar ese Brexit “duro” que se nos puede avecinar y a los ingleses les han cerrado hasta el Parlamento.

Pues bien; además de nuestras playas que no tienen parangón con las de la zona mediterránea y que son utilizadas por propios y extraños, nuestros visitantes vienen a Cantabria también por otros muchos motivos, incluso para poder dormir bien en nuestras frescas noches (salvo alguna excepción) y ponerse la “rebeca” en los atardeceres cuando apetece dar un paseo por el Sardinero, el Espolón de Comillas, las calles de Laredo o cualquier bucólico pueblecito de nuestra preciosa región.

Y también nos visitan quienes se enamoran de nuestro verde paisaje, festoneado de masas forestales y viviendas diseminadas, con paisajes idílicos como los valles pasiegos; les encanta nuestra costa, con su abrupto litoral, las extensas playas de fina arena o las marismas plenas de vida.

Y quieren conocer nuestra cultura, visitando algunos de nuestros típicos pueblos (Bárcena Mayor, Ucieda, Liérganes, Vega de Pas, Santillana del Mar y tantos otros llenos de encanto), los museos, las casonas que son muchas y muy buenas, las monumentales iglesias, especialmente el conjunto románico, etc.

Algunos quieren visitar las alturas de los Picos de Europa o las reservas como las del Saja-Nansa o los espectaculares lugares como Liébana, valles pasiegos o Soba, lugar éste que muchos cántabros no han visitado nunca. ¡Vaya Vd. cualquier día de estos y se encontrará a muchos foráneos disfrutando de los encantos sobanos!

Y si además en cualquier rincón de nuestra pequeña región se encuentra con establecimientos de hostelería que le van a dejar más que satisfecho, en variedad, calidad y precio razonable, cada jornada puede ser un día redondo para querer volver siempre a Cantabria.

Porque no lo olvidemos: un alto porcentaje de nuestros turistas son habituales y ya muy “repetidores” que a veces conocen la región mejor que nosotros; así que nadie intente practicar aquello de “ave de paso, cañonazo”, ni contarles una milonga.

Y hay otro grupo, más numeroso de lo que muchos creen, que son turistas “sui géneris”; me estoy refiriendo a quienes poseen en nuestra región una vivienda que usan, ellos o sus familias, durante los meses estivales y ocasionalmente en otras épocas del año. Estos pagan los impuestos y hasta los servicios que a veces no usan durante todo el año, utilizan la tarjeta del bus, compran en los supermercados y también recorren nuestra región, echan gasolina y compran la prensa y a veces utilizan los restaurantes y son los “turistas” que más utilizan nuestras playas. Y si alguien no cree esto, solo tiene que visitar un kiosko de Valdenoja, por ejemplo, y observar la prensa que se vende en invierno y en verano, época estival que algunos venden más periódicos de Valladolid que de Cantabria.

Y no olvidemos a los cántabros que también hacemos turismo por nuestra región; y lo hacemos durante todo el año, pues Cantabria ofrece oportunidades todos los días del año.

¡Y aquí sí que hemos topado con otro tópico, que es la desestacionalización del turismo! Pero para desestacionalizar, deben de hacerse campañas, hay que ofrecer “paquetes” entre semana y de fin de semana. Y existe un amplio sector, como pueden ser los jubilados o escolares, a los que hay que ofrecer un atractivo programa para que vean nuestro mar y paisaje en invierno u otoño, para que practiquen tranquilamente nuestra riquísima gastronomía, se desplacen sin agobios, hagan deporte, vean tranquilamente nuestra riqueza cultural o, simplemente, se relajen por nuestros pueblos y villas…

A veces nos miramos el ombligo, obnubilamos y tienen que venir los de afuera a cantarnos las cuarenta. Y así, La Vanguardia de Barcelona nos acaba de publicar que “Santander es la ciudad (con Granada en segundo lugar) más valorada por los turistas por méritos propios”, con datos obtenidos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en un estudio realizado en base a la opinión de las personas que habían visitado las ciudades (10.500 viajeros españoles, belgas, franceses, italianos y portugueses) ¡Esos son los que saben! Y añade el amplio reportaje que “los turistas valoraban 15 aspectos, entre ellos, la hospitalidad, la seguridad, el patrimonio, la gastronomía, la calidad del transporte público y la oferta cultural y de ocio”. ¿Se han enterado nuestros dirigentes del turismo?

Junto a unas magníficas fotos de la ciudad de Santander, destaca algunos aspectos: “su elegancia, las playas del Sardinero, el Palacio Real de la Magdalena, los jardines de Pereda, la Catedral, el Museo Marítimo del Cantábrico, el faro de Cabo Mayor, los mercados del Este y la Esperanza, las tapas en sus bares y acercarse al parque natural de Peña Cabarga” (Sic), pues supongo que se refiere al Parque de la Naturaleza de Cabárceno.

Hace pocos días leía que una familia malagueña veraneaba en una cabaña pasiega y estaban encantados y afirmaban: “Somos la envidia de la familia cuando llamamos y les contamos que aquí, para dormir, nos echamos una manta encima”. ¡Qué cosas!

¡Bueno…..! El tema es largo y profundo y harían bien nuestras autoridades y responsables si “chequean” a los posibles turistas y al resto de la población cántabra sobre este tema, porque todos pueden y deben expresarse, porque seguro que aportarán muchas ideas y sugerencias. Porque el turismo necesita de todos, no solo de los hoteles y restaurantes de postín, despreciando al turista “de alpargata”, que puede tener más calidad que quien va a un hotel de muchas estrellas. Y a este respecto, una de las cosas que también valoran muy positivamente quienes nos visitan es nuestra hospitalidad, la de todos, porque a todos nos interesa que el turismo, que nos enriquece y nos da muchos más puestos de trabajo de lo que podamos pensar, tenga un futuro alentador.