Un estudio de la UC confirma que los nidos de quebrantahuesos son "cápsulas del tiempo" que albergan objetos humanos
En uno de ellos se encontró una alpargata completa que supera los seis siglos de antigüedad, situándola a finales del siglo XIII

SANTANDER, 14 (EUROPA PRESS)
El Grupo EvoAdapta de la Universidad de Cantabria (UC) ha liderado un estudio que confirma que los nidos de quebrantahuesos, el buitre más amenazado de Europa, actúan como "cápsulas del tiempo" que conservan valiosa información ecológica y objetos humanos de lo más inesperados.
Esta investigación pionera, publicada en la revista Ecology, ha redefinido el papel de este ave como un "arqueólogo de la naturaleza", lo que favorece la recuperación de la especie, según ha informado la UC en un comunicado.
Está coliderada por la catedrática de Prehistoria y directora del Grupo EvoAdapta de la UC, Ana B. Marín-Arroyo, y el investigador del IREC-CSIC, el Antoni Margalida.
La investigación comenzó en 2008, cuando en colaboración con investigadores del CSIC, Universidad de Granada y de la Consejería de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha comenzaron a recuperar materiales acumulados en nidos históricos de zonas mediterráneas donde la especie llevaba, al menos, 70 años ausente.
Lo que era un intento por reconstruir la dieta del quebrantahuesos, fundamental para avanzar en los programas de reintroducción, se transformó en un proyecto que combina arqueología, etnografía y ecología.
ARQUEÓLOGOS DEL AIRE
Con el objetivo de proteger del frío a sus polluelos, los quebrantahuesos buscan en la naturaleza material para termorregular sus nidos, como lanas de oveja, y los ubican en refugios rocosos o cuevas para aprovecharse de las condiciones microclimáticas estables que caracterizan estos lugares.
Los investigadores llevaron a cabo un intenso estudio en el sur de España, y accedieron a doce nidos cuyos materiales fueron recuperados capa por capa, "tal y como hacemos en las excavaciones arqueológicas, recogiendo los hallazgos de manera estratigráfica, preservando así el orden de depósito de los mismos a lo largo del tiempo", ha afirmado Marín-Arroyo.
Del análisis, se recuperaron 2.483 restos, la mayor parte correspondía a materiales biológicos vinculados a la dieta, pero se recuperaron 226 objetos de origen humano, casi el 10 por ciento del total, que las aves incorporaron para proteger los nidos.
Entre los artefactos encontrados destacan históricos fabricados con esparto, un material vegetal común en el Mediterráneo ibérico desde el Epipaleolítico, hace unos 12.000 años.
Se contabilizaron veinticinco objetos de esparto --fragmentos de cestería, trozos de cuerda y cuerdas--, junto a varios ejemplares de agobías; asimismo, se recuperaron 129 restos textiles y 72 fragmentos de cuero.
Incluso, afloró un virote de ballesta, hallazgo singular que subraya la capacidad de estos nidos para conservar objetos históricos inesperados y de gran valor informativo.
Las dataciones de carbono 14 revelan que una alpargata completa y un fragmento de máscara decorada con líneas rojas superan los seis siglos de antigüedad, situándolos a finales del siglo XIII. Al realizar un análisis proteómico en la máscara comprobaron que se trataba de piel de oveja.
Desde una perspectiva arqueológica y etnográfica, la acumulación de artefactos humanos proporciona información sobre la tecnología antigua, los cambios en la cultura material y el patrimonio biocultural en áreas montañosas.
Los autores han concluido que el quebrantahuesos puede considerarse un bioindicador excepcional para la monitorización a largo plazo de los ecosistemas y para el avance de la investigación interdisciplinar.
Además, han subrayado la importancia de estudiar el pasado y de fortalecer la colaboración entre especialistas de distintas áreas con el fin de construir un futuro más sostenible, tanto para nosotros, como para las especies con las que compartimos el planeta.
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