Sánchez no puede pactar con una minoría que quiere destruir el Estado
La fiesta nacional del 12 de octubre con la ausencia y ataque de los socios de Sánchez. Carlos Magdalena
Como todos los años se celebra la fiesta nacional con mucha tinta en el tintero y plumas de todo pelaje, unos a favor otros en contra y otros simplemente han aprovechado para irse a la playa. La fiesta nacional, la Hispanidad recuerda el descubrimiento de América en 1492 cuando Cristóbal Colón a través del Océano Atlántico llegó al denominado Nuevo Mundo.
Como todos los años se celebra la fiesta nacional con mucha tinta en el tintero y plumas de todo pelaje, unos a favor otros en contra y otros simplemente han aprovechado para irse a la playa. La fiesta nacional, la Hispanidad recuerda el descubrimiento de América en 1492 cuando Cristóbal Colón a través del Océano Atlántico llegó al denominado Nuevo Mundo.
El 12 de octubre se rinde homenaje a la bandera de España y hay un desfile militar en el Paseo de la Castellana con todas las autoridades presentes, o casi todas. Esto que ocurre en España ocurre en todos los países europeos y no pasa nada pero en el nuestro es diferente porque este día se aprovecha por quienes no quieren pertenecer a la nación española, primero para no ir y segundo aprovechan catapultar sus desavenencias de todo tipo. En esta ocasión tiene un significado especial porque el presidente actual español señor Sánchez va a ser investido presidente otra vez de España, por los que no quieren ser españoles, por los que no quieren pertenecer a la nación española. Y esto que decimos es un sinsentido que solo ocurre a instancias del señor Sánchez.
Aunque duela reconocerlo es evidente que el señor Sánchez nunca, nunca, puede estar legitimado como presidente de España cuando necesita el apoyo necesario para ser presidente de los votos independentistas de vascos y catalanes. Y para ser investido presidente exige, esta minoría liderada por un prófugo de la justicia Puigdemont, una amnistía anticonstitucional y un referéndum que nunca se puede producir. Estos independentistas son una minoría, pero así todo al dárseles protagonismo y más que voz les dan altavoces mediáticos puede parece que son una mayoría pero no es así en absoluto. Esta insensatez debería frenarse por el propio presidente Sánchez calibrando unos pactos de Estado entre las dos fuerzas mayoritarias del país y todo ello respetando los derechos de esas minorías, pero que no sean las minorías las que en definitiva gobiernen en España como va a ocurrir.
Una vez más en nuestra política parece que va a prevalecer el sinsentido dependiendo el nombramiento del presidente de España de unos partidos que no quieren pertenecer al Estado.
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