Con la toga al cuello y a lo loco. Carlos Magdalena

Naturalmente que mis lectores se darán cuenta enseguida de que el que se enfundará la toga con puñetas ante el Tribunal Supremo será el Fiscal General del Reino, Sr Ortíz, nombrado por Sánchez, pero no para acusar en esta ocasión cuál es su oficio y función sino para ser acusado, y será juzgado por el Alto Tribunal por "jugar a la política partidista" y no dedicarse solo a su profesión.

Cualquier jurista, que se precie, siempre ha pedido y defendido que la Fiscalía sea independiente y no supeditada al poder político de turno ni mucho menos intervenir en los ascensos y funcionamiento orgánico. La consecuencia de la situación de la Fiscalía en España, que es la cuestionada dependencia, tiene como fiel reflejo y ejemplo el procesamiento y juicio al que se tiene que someter su máximo responsable y Fiscal General, señor Ortiz. Me imagino que no será condenado pero sí que el juicio será un punto de inflexión para que de una vez por todas la Fiscalía sea independiente con su estatuto propio de funcionamiento orgánico respaldando a esos funcionarios.

Como digo antes no será condenado, pero el juicio será aprovechado  por los Magistrados de la Sala del Tribunal Supremo, para en la sentencia, poner los puntos sobre las íes de lo que tiene que ser un Fiscal General y no un "chisgarabís de trae y lleva" como ocurre en este caso por el que ha sido enjuiciado Álvaro García Ortiz. Y es que algunos opinamos, bastantes, que este juicio es más que un juicio de revelación de secretos, filtraciones de datos de un ciudadano y borrado de mensajes del teléfono, se ventila la situación de la Fiscalía en España, que está necesitada urgentemente de transparencia e independencia y que un fiscal no sea nombrado por el presidente del gobierno y que además diga el actual inquilino de la Moncloa, Pedro Sánchez, que la Fiscalía depende del ejecutivo, es decir de él.

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