Imposible hablar claro en la democracia del pasteleo. Por Carlos Magdalena
Los ciudadanos de a pie cada día que pasa se dan más cuenta que viven en plena inseguridad porque solo son los dueños del voto, hasta que lo depositan en urnas y a partir de ahí contemplan el pasteleo.Urge la segunda vuelta en nuestra democracia
Los ciudadanos de a pie cada día que pasa se dan más cuenta que viven en plena inseguridad porque solo son los dueños del voto, hasta que lo depositan en urnas y a partir de ahí contemplan el pasteleo.Urge la segunda vuelta en nuestra democracia
Los políticos sólo hablan claro cuando les interesa, y cuando no les interesa, que es el 90 % de las veces, no se les entiende porque no quieren que se les entienda para finalmente realizar el mercadeo de votos que estamos viendo en casi todas las CCAA y Ayuntamientos.
En estas últimas elecciones municipales se ha visto con más claridad el mercadeo de votos, o dicho de otra manera cómo son los intereses de los partidos o los intereses de los políticos los que priman por encima de los intereses de la ciudadania. La frase de algún político que decía aquello de "nosotros pactamos porque interpretamos lo que quieren los ciudadanos" es una quimera. La pregunta sería sencilla de hacer, ¿con ese mercadeo de votos de qué manera están protegiendo los intereses de los ciudadanos? Lo que se ve es que están protegiendo su gobernanza, con independencia de los ciudadanos.
Algo falla en todas estas cuestiones que estamos viendo últimamente en la prensa, en algunos medios de comunicación, y no en todos, porque hay algunos medios que tapan lo que realmente ocurre en el mercadeo del voto. Habrá que pensar que hay que cambiar el sistema, que hay que cambiar la Ley Electoral pero se precisa hacerlo ya porque si seguimos por este derrotero van a cansar totalmente al ciudadano votante y esta democracia llamada también la democracia del pasteleo se va a derrotar por hartazgo del votante.
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Comentarios(1):
La vida política es un teatro, pura ficción, donde los que pagan la entrada -por cierto, muy cara- no cuentan para nada, aplaudan o no. Si el público disminuye, pues más anuncios y se lo creen todo. El teatro de la vida siempre es una tragicomedia, porque los actores, cuando hablan de cosas serias, dan risa. Muy claro su artículo, don Carlos, como siempre.