Víctimas inmigrantes
MIGUEL BARRACHINA: Las sobrecogedoras imágenes de un racista, llamado Sergi Xavier, que debería terminar en prisión, agrediendo a una menor ecuatoriana en un tren de Barcelona ponen de actualidad la dureza de la vida del inmigrante en nuestro país.
La violencia xenófoba es tan miserable y gratuita como cobarde y por eso el “valiente” criminal se ensañó con una niña sudamericana cuando podía haberlo hecho con alguno de los muchos Mike Tyson que hay entre nosotros, y que además son de tez mucho más morena que es lo que al parecer le molestaba al extremista barcelonés.
Hace poco en Castellón, frente a la subdelegación del gobierno de España, se quemaba, y posteriormente moría, el ciudadano rumano Miriam Mitrita llegado a nuestro país cuatro meses antes y desesperado por su situación.
La violencia y los comportamientos extremos desgraciadamente no pueden ser en su totalidad previstos ni corregidos, pero de las políticas públicas sí pueden desprenderse multitud de acciones que no conviertan a las personas que inmigran en las primeras víctimas de una política migratoria.
Anualmente varios miles de inmigrantes mueren en nuestras costas atraídos por nuestro nivel de vida, pero también por la sensación de frivolidad que se ganó el gobierno socialista cuando con una ¡orden de expulsión! se regularizaba al supuesto expulsado.
La llegada a España de una persona sin papeles le aboca a la marginalidad y aquellos que finalmente alcanzan una situación legal tienen mayores riesgos de caer en desempleo.
En España hay 375.000 extranjeros parados, cifra que multiplica por diez el dato de 1996 y de ellos tan sólo un tercio recibe prestación por desempleo.
La vulnerabilidad de un inmigrante en nuestro país es muy superior a la de un nacional. Cuando cae en desempleo por su corta carrera laboral no suele tener derecho a prestación económica, carecen, en la práctica totalidad de los casos, de vivienda en propiedad y de ahorros, suelen tener contraídas deudas por el viaje, y les falta el colchón familiar que tienen buena parte de los españoles.
Todo ello convierto a los extranjeros en las primeras víctimas de una inmigración desordenada, y la mejor garantía para que no caigan en manos de la explotación y el abuso, es el contrato de trabajo en su país origen que les permite una entrada en España con garantías.
Aun así a personajes de la calaña de Sergi les resulta indiferente la política de extrajería y sólo las medidas policias y judiciales tienen efectividad.
Miguel Barrachina Ros
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Comentarios(2):
¡ Que harto estoy de los falsos samaritanos, de los "creadores" de opinión que no dudan en crucificar por apariencias ! Si, digo crucificar pues eso es lo que se ha hecho con el agresor, un pobre subnormal del que nadie ha tenido la más mínima compasión. Su actuación ha sido deplorable, no brutal, prueba de ello es que la chiquilla no presenta lesión física de ningún tipo, la patada, fue un amago, no hubo contacto, fue una triste exhibición de poder de alguien con la escala de valores desquiciada por esas televisiones que ahora lo crucifican. ¿Por qué el ataque se debe a odio racial? ¿En que lo fundamentan? ¿Había acaso en el vagón alguna muchacha española?. Estas son, entre otras muchas, las averiguaciones que hay que realizar para tener datos concretos que respalden nuetras opiniones y no las emitidas en el programa "La noria" de TELE 5, sobre las que no quiero hacer comentarios.
Perdone..!!! no creo que sea asi, como Ud. dice. Es la evidencia de que estamos en una sociedad podrida, en una sociedad del todo vale. Este es un caso pero, y las mujeres?y los maestros? los trabajadores de la Sanidad? y los policias? y los niños en los colegios? y los jovenes en las calles asaltados continuamente? y los joyeros? . el problema? la justicia, ese es el verdadero problema " el todo vale", en este Pais se vive con la idea de que si delinques , si cometes violencia , no te pasará nada, porque la justicia está ...de vacaciones. esa es la realidad de este Pais.