UN SÉQUITO PELIGROSO ( OTRO APUNTE SOBRE UCRANIA) Santi M Hernandez

Días atrás se cumplieron dos años del conflicto internacional, geopolítico dirían quienes están a diario en el meollo del asunto, que se juega en territorio ucraniano entre Rusia y Estados Unidos con el apoyo de sus principales vasallos encuadrados en la OTAN. Como todo conflicto que se alarga en el tiempo, aparece y desaparece de las portadas de los principales medios de información pero la realidad sobre el terreno es la que es, dura, sucia, mortífera. La cifra de muertos y heridos más fiable que se baraja (todo depende de que bando provengan los datos) es de alrededor de quinientos mil y de esta cifra parece que más de dos tercios corresponden al bando ucraniano. La devastación de infraestructuras civiles y militares es una realidad que ha sucedido y sigue sucediendo, sobretodo, en ese territorio; los ataques esporádicos que Rusia sufre en su territorio podrían considerarse, por ahora, como simples gajes del oficio; como suele decirse en el mundo del boxeo, por muy bueno que seas no podrás evitar que te llegue alguna mano.

Si el conflicto se resolviera hoy en una mesa de negociación, se calcula que la reconstrucción material de lo destruido en Ucrania rondaría el billón de euros, más o menos; lo que supone tres veces su PIB de antes de que se iniciara el conflicto. En cuanto a la sangría demográfica que ha sufrido y que seguirá sufriendo mientras dure la guerra es una herida abierta que condicionará la existencia de ese país durante años...; no hay día que en las fronteras que el país tiene con sus vecinos, Polonia, Hungría, Eslovaquia, no haya algún contingente de hombres que es detenido por la guardia fronteriza cuando trata de escapar a las levas forzosas; meses atrás se oyó la noticia de que el gobierno de Zelensky solicitaba a Alemania y Polonia que devolviera todos los hombres en en edad de combatir que habían dejado el país durante los primeros meses de la contienda. Podría decirse que el futuro próximo (en cuanto al remoto es muy seguro que todos estaremos calvos) no será muy halagüeño con Ucrania. Y todo porque su presidente y asesores más próximos claudicaron a las presiones que Estados Unidos y la OTAN ejercieron sobre ellos cuando en el mes de Marzo de 2022, apenas cuatro semanas de iniciado el conflicto, estaban listos para negociar un alto el fuego con el Kremlin; esto es un hecho, está documentado; se puede consultar incluso en el Wall Street Journal, nada sospecho de ser un alido del Kremlin.

Por tanto podría decirse que Zelensky y su entorno son responsables directos del sufrimiento infligido a su pueblo desde entonces. Como más de un analista en relaciones internacionales sostiene, Ucrania pone los muertos y Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania, por este orden, engrasan financieramente, su industria militar. Hasta el momento ha sido así con la contribución a una escala menor de aliados entusiastas como Reino Unido, Holanda, Polonia, Francia, República Checa?; pero parece que no es suficiente; tras dos años de guerra y en vista de que el ejército ucraniano es incapaz de recuperar el terreno perdido y ante la posibilidad de que el envite lanzado a Rusia sea un verdadero fiásco, hay líderes, supuestos líderes europeos que desean dar un paso al frente y enviar tropas a Ucrania; es decir que sueñan con extender el conflicto al resto de Europa sin contar con el parecer de sus poblaciones.

El presidente francés Macrón, un presumido y hueco figurón, ha sido el más locuaz; pero con parecido ánimo están el presidente de Polonia, el de la República Checa, el dubitativo canciller alemán, la inquietante y belicosa presidenta de la Comisión Europea, doña Úrsula, el señor Borrel y por supuesto el servil primer ministro de la pérfida Albión, Mr. Sunak. ¿De verdad lo piensan en su fuero interno o es un farol, un matiz más de la llamada guerrapsicológica?

Si en verdad lo piensan en su fuero interno la respuesta de Mr. Putin ha sido clara y contundente: para Europa sería más trágico que lo acontecido durante la Segunda Guerra Mundial. Esperemos que todo quede en un farol, como correspondería al carácter de personajes tan engreídos y huecos y haya alguien más capaz en su entorno de asesores que, alarmados, les recriminen su desliz, su error, su absoluta falta de discreción y cerebro para ocupar el cargo que ocupan. A este respecto, que diferencia marcaban y siguen marcando estadistas como el general Charles de Gaulle, que en plena Guerra Fría se atrevían a decir que Europa iba desde Brest en el Atlántico hasta los Urales, límite natural con Siberia; pero bueno, supongo que esta exhibión del disparate hay que tomarla como lo que es, un signo más de los tiempos.

En la que quizás sea la mejor novela que la Primera Guerra Mundial produjo: Sin Novedad en el Frente del alemán Erich Maria Remarque, hay un párrafo en el capítulo III en el que se dice: « ? Kropp, en cambio, es un pensador. Opina que una declaración e guerra debería convertirse en una fiesta popular con entradas y música, como en las corridas de toros. Los ministros y generales de ambos países deberían salir a la arena en traje de baño y, armados con garrotes, combatir. Ganaría el país de aquel que sobreviviera, eso sería más sencillo y todo iría mejor que aquí, donde no combaten quines deberían...»

Así que ya saben los aguerridos Macrón, Solthz, Sunak, el noruego Stoltenberg y demás miembros del séquito; citense junto con sus jefes de estado mayor con sus homólogos rusos en algún lugar de Ucrania y que la fiesta comience; no se demoren, por favor. ¡Se abren las apuestas!