Tragicómica seguridad
Sólo hay un presidente en el mundo, Rodríguez Zapatero, capaz de derrochar 20 millones de euros en la decoración de una cúpula en la ONU, crear ministerios completos sin ninguna competencia, como los de Igualdad o Vivienda, destinar en su primera legislatura mil millones de euros a campañas publicitarias o contratar un 55% más de cargos para gestionar menos competencias que en la etapa de Aznar.
Y a la vez, que hace todo eso, restringe la gasolina de los vehículos policiales, la munición para las armas reglamentarias de nuestros agentes, regatea las subidas salariales prometidas a nuestros agentes o propone para 2.009 una bajada en un 25% en las pensiones por incapacidad o inutilidad que afectaría a guardias y policías que hayan sido heridos de gravedad en actos de servicio y queden incapacitados.
Solo hay, además, un gobierno en el mundo que fabrica leyes, sobre la mitad de la memoria histórica, que permiten a sus jueces paralizar la actividad judicial para buscar certificados de defunción de antiguos dictadores o levantar fosas comunes en contra de la opinión de los familiares.
No es de extrañar, por tanto, que guardias civiles, policías nacionales y hasta los jueces y secretarios judiciales, hayan salido a la calle a manifestarse contra una política gubernamental que ha errado en sus prioridades.
Sirva como micro ejemplo de mala política en materia de seguridad y justicia en toda la nación el de la provincia de Castellón, que es propio de una novela tragicómica. Permítanme que les pida un triple ejercicio de imaginación.
¿Se imaginan un país en el que el Ministro de Interior, Rubalcaba en este caso, inaugura una cárcel, la de Albocasser en Castellón y un mes mas tarde entran los ladrones y se llevan hasta los televisores y las cámaras digitales del sistema de seguridad?
¿Se imaginan, además, que la policía arresta a ocho personas, en concreto, siete mujeres y un transexual, y los encierran en una celda de 4 metros cuadrados todo un día, noche incluida, sin tener ninguna condena?
¿Se imaginan que una de las múltiples bandas entrase a robar en una vivienda un día y regresase a continuar robando a la semana siguiente porque se había dejado olvidadas algunas cosas?
Esto ocurre en Castellón, pero seguramente sucede también en el resto de provincias. Y mientras esto ocurre y crece el delito, la ocultación de datos y el engaño, se han convertido en la seña de identidad del actual gobierno socialista.
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