12-04-2007 23:39
Sometimiento Lingüístico
MIGUEL BARRACHINA: "El gobierno socialista-nacionalista de Montilla vuelve a excluir de los impresos de preinscripción en los centros públicos catalanes la casilla sobre la lengua habitual del alumno que permitiría la libertad de elección de lengua"
Nuevamente el socialismo gobernante, incumpliendo leyes y desacatando sentencias, impedirá a la mayoría de niños catalanes elegir su lengua materna, el castellano, para recibir enseñanza infantil, primaria, secundaria, media o superior.
El gobierno socialista-nacionalista de Montilla vuelve a excluir de los impresos de preinscripción en los centros públicos de Cataluña, la casilla sobre la lengua habitual del alumno que permitiría la libertad de elección de lengua.
Ello a pesar de las sentencias, que cabría cumplir en este próximo curso, del Tribunal Superior de Justicia Catalán, la última en 2005, que exigen la inclusión de dichas casillas. Dos socialistas, Maragall primero y Montilla después, han tenido la obligación de ejecutar las sentencias, pero desairando a los tribunales han actuado en perjuicio de los niños y de la libertad.
La propia Ley de Política Lingüística, que data de 1998, garantiza que los escolares “tienen derecho a recibir la primera enseñanza en su lengua habitual, ya sea esta el catalán o el castellano”. Pues ya ven de la primera a la última enseñanza todo en la lengua que impone el tripartito, en este caso el catalán, pero me parecería igual de mal que la imposición, como ocurría en otro tiempo, fuera del castellano.
Conociendo que el estudio a edad temprana en una lengua diferente a la materna multiplica las tasas de fracaso escolar, se puede llegar a pensar tras este obcecamiento, como escribía Antonio Santamaría en su libro –aunque yo no lo comparta- que “El nacionalismo y las lenguas de Cataluña” que “quizás el objetivo de esta política no sea la extensión del uso de la lengua catalana sino la coartada para mantener a la población castellanohablante en la marginalidad política y social, y prolongar el artificialmente el estatus de inmigrantes”. No creo sinceramente que esto sea lo que se persigue pero sí puede ser el resultado final.
Lo advertía ya en 1992 la psicóloga infantil Anna Permanyer: “Los niños, en las escuelas con inmersión forzosa de Barcelona y su entorno, es decir, la mayoría de las públicas, han bajado sus coeficientes de razonamiento verbal y abstracto hasta extremos alarmantes, debido a la obligatoriedad del uso del catalán exclusivamente”.
De 1992 aquí la cosa ha empeorado notablemente, pero parece que las preocupaciones del socialismo gobernante nada tienen que ver con las secuelas formativas de la inmersión lingüística, sino que se dirigen más bien a salvar estatuts y engordar nacionalismos.
Miguel Barrachina Ros
Diputado en el Copngreso por Castellón
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