Sindicatos y artistas paniaguados

Una pena, todos recordamos las celebraciones goyescas de otros años de marcado carácter reivindicativo.

Esperaremos al próximo año, por si, con más de 4 millones de parados, y a los 51 años de dictadura hereditaria cubana, nuestros artistas recuperan la conciencia crítica que han perdido con el socialismo gobernante.

Los que parecen no haber perdido el interés por la política son los sindicatos; obedientes, sumisos y mansos con Zapatero hasta niveles sonrojantes.

En Francia, que en el último año el paro ha crecido un 11%, los sindicatos se manifiestan contra Sarkozy, pero aquí con un aumento del 47%, record europeo y mundial, el cándido de Méndez carga contra la banca, la misma de la que se enorgullecía en Washington nuestro letal Rodríguez.

El paro ha aumentado en España en 1.065.876 personas en los últimos 12 meses, duplicando las aciagas tasas  de crecimiento del paro alcanzadas a principios de los años 80, cuando otro socialista, el entonces opositor Felipe González decía que no presidiría un país con un millón de parados –vamos camino de cuatro-. E incluso triplicando las subidas de la última crisis económica de los años 90 cuando los sindicatos se echaron a la calle en justa respuesta al de los bonsáis.

Pues mientras esto ocurre en España, donde el paro ha aumentado en todas y cada una de las 17 autonomías, obvio dado que es una marcada crisis nacional, CC OO y UGT salen a la calle sólo donde gobierna el PP. El último ridículo lo han hecho en Valencia, donde no han acudido ni una pequeña porción de todos sus sindicalistas liberados.

Es revelador que nuestros presuntos sindicatos se manifiesten contra el gobierno valenciano que dirige Francisco Camps que e,s sobretodo, víctima de la desidia gubernamental socialista y no contra quién merced a nuestra Constitución dispone de competencias exclusivas en política económica, mercantil, laboral, y tributaria es decir Rodríguez Zapatero.

Ni todos nuestros sindicalistas, ni, mucho menos, todos nuestros artistas, son iguales, -los hay auténticamente profesionales- pero a veces lo parece.