Sin una prensa libre y un Poder Judicial independiente, nos vamos al carajo
La corrupción puede acabar hasta con el sistema de convivencia que se inició con la aprobación de la CE a la muerte del dictador Franco. No queremos ponernos dramáticos pero esta orina, en este caso del enfermo España, denominación política acuñada por el presidente Revilla, referida a Bárcenas, tiene muy mal color.

El principal partido que gobierna este país está naufragando desde hace bastantes años y no ha querido entrar en dique seco para arreglar sus estructuras totalmente deterioradas. Por otra parte el partido, que tenía que ser la alternativa natural, se encuentra en igual, parecida o peor situación. Sus hechuras están algo más que rasgadas con un Pedro Sánchez sin contenido ideológico y con mucha demagogia aprendida que puede hasta dinamitarlo. Esperemos que no. Llegados a este extremo ¿quién puede gobernar el país teniendo en cuenta la crisis territorial que existe con la banda de Puigdemont y su absurdo referéndum? ¿Y con los vascos, Euskadi, esperando el tranvía del país catalán para seguir el mismo camino? Listos ellos Rajoy les ha dado el cuponazo para seguir gobernando lo que queda de España. Al carajo la territorialidad, la sanidad, las pensiones, etc.. se trata de conservar el poder y nada más. España como Estado se rompe, si no está roto ya con sus 17 autonomías...
Este viejo país España, que está en coma, ha entrado en una derrota que hace peligrar, como decimos arriba, el sistema de convivencia y no te digo el estado de bienestar. Salvo raras avis, los políticos que han estado gobernando este país en estos últimos años son de lo malo, lo peor. ¿Y quiénes son? Pues desde el rey para abajo y el rey también. Lo mejor que hizo el rey Juan Carlos fue marcharse pero, así y todo, su responsabilidad de los años del folklore, vino, rosas...y de corrupción están intactos y lo que es peor protegidos y guardados bajo llave.
Lo que tenemos ya lo sabemos. ¿Qué se puede hacer en esta difícil situación? Ahora más que nunca procede un Pacto de Estado. ¿Y quién puede pactar en esta situación de desgracia para un gran país como España? Pues en este país hay gente honrada, la mayoría, sólo que quienes han copado el poder son lo peor de lo peor, como ya hemos dicho, y detrás muchas organizaciones y organismos también copados a nivel autonómico por élites extractivas por una parte, y por otra corruptos inveterados. Difícil, difícil lo tenemos. Hay que empezar a pensar en un verdadero Pacto de Estado en el que se ceda mucho por parte de los políticos y buscar una persona honorable como lo intentó Diógenes para qué se abra un importante interregno de limpieza total y absoluta para conseguir otra vez un estado parlamentario honrado, decente y transparente.
“Desde dentro imposible limpiar las ventanas por fuera”.
Va a ser difícil, muy difícil conseguir lo que proponemos porque los que están tienen poltrona encajada, atornillada y difícilmente se van a marchar por las buenas. Esto está que explota. Por fortuna la economía empieza a mejorar pero si ésta se deteriorara que Dios nos coja confesados. Existen todavía -entre comillas- dos poderes que pueden ayudar a salvar esta derrota. De una parte el Poder Judicial que puede resurgir de sus cenizas a pesar de la politización en algunos organismos y órganos de poder tremendamente politizados con el gobierno de turno. Otra cosa es que estamos viendo con cierta habitualidad que algunos jueces, magistrados, están dando ejemplos de honradez luchando contra todos y contra esos tentáculos ocultos con ramificaciones corruptas que llegan a todas, a todas las esferas sociales.
Y otra, ¡cómo no! , la prensa que tiene que recuperar su espacio de independencia, libertad y objetivos y no de sometimiento con el poder de turno. Hay que apoyar a la prensa para que ésta cuente las verdades que no se atreven a decir nadie, más que en sitios y lugares reducidos. Y debe, la prensa, perder los miedos. Y eso lo decimos en la generalidad, otra cosa es la prensa regional que es soporte de intereses ajenos a donde pesebrea.
Porque amigos de la boina por desgracia no tenemos un general como Charles De Gaulle que salió a la calle para defender la quinta República con el pueblo y por el pueblo. Y si no se actúa con eficacia, celeridad y fuerza el populismo demagógico de izquierdas puede ser ganador por una mayoría minoritaria y hundir el futuro del país y de los ciudadanos. Sin una prensa libre y un Poder Judicial independiente nos vamos al carajo.
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