Romper la teja

Para ello se juntan un grupo de Purriegos para ir a la casa de uno de los más ancianos del lugar, con el fin de darle un pequeño homenaje. Cuando el anciano y su familia salen a la puerta se rompe la teja. Esto se celebra el fin de año y allí mismo se toman las uvas de la suerte al son de las campanas de la ermita si la hubiera y si no al son de un Campanu de Tudanca.

En Andalucía, también se rompe la teja, pero su significado es muy distinto. Esto se hace el día de los enamorados. Los amigos del novio, rompen la teja a sus pies, quien marcha con ellos para invitarlos a casa de la novia. Allí rompen de nuevo la teja en su puerta y uno de ellos dice: “al pie de esta mozoleta romperemos esta teja”, marchando a continuación todos juntos a la invitación. Es costumbre que los amigos guarden restos de las tejas en la parte superior de sus armarios, como recuerdo. A partir de ese momento, la pareja deja de pelar la pava, se hacen oficialmente novios y el chico entra en casa de la novia como un miembro más de la familia.

En Castillo de Locubin, en Jaén, también se tiene esta costumbre y cuando rompen la teja, los amigos dicen a coro: ¿Quién vale más, la novia o la teja? A lo que el novio contesta al instante: “La novia”, es entonces cuando rompen la teja a sus pies.

En Cardeña, Córdoba, cuando un mozo conseguía bailar con una moza en el baile del pueblo varias veces, los amigos rompían una teja a sus pies y el mozo convidaba a los amigos a beber algo. Esta tradición ya se ha perdido.

“Has elegido un pimpollo

para casarte con ella

pídele a Dios pan “pal hoyo”

y aceite “pa” la botella”.

Ante este par de “guaguillos”

estrello este cantarillo.

Desde el Arroyo las Viñas

hasta el cerro de Albalate

no hay otra como esta niña

si es mentira que me maten.

Al pie de esta mozoleja

romperemos esta teja.