Reconversión social

He oído en las noticias de estos días, que De Guindos ha dicho que el año que viene, nuestra economía va a crecer  alrededor de un 2%, por encima de la media del mercado comunitario y nos hemos puesto todos muy contentos. Nos intentan crear unas ilusiones de recuperación  económica, y creemos que próximamente vamos a vivir como reyes.

Quiero con estas líneas situar el contexto en su cruda realidad. Esta recuperación que nos anuncia el gobierno es únicamente y de momento macroeconómica, no a nivel del ciudadano de a pié  y donde  se va a notar es en la balanza de pagos del Estado, en las exportaciones de grandes empresas y grandes multinacionales que construyen en otros países como, Panamá, Egipto, etc…

No nos debemos olvidar que lo más importante de todo es que no hay oferta de empleo interior, ni creación de empresas y si esto es así no bajará el paro, es imposible. Nos tenemos que hacer a la idea que esta generación se extinguirá con estos números, 25% de paro y salarios miserables, nuestros hijos con contratos eventuales de 700 euros. En estas fechas hay una pequeña reacción con la creación de empleo estival, como ocurre todos los años en estas épocas, con la particularidad de que este año es mejor. Ojala dure.

Tenemos que comprender de una vez, que esta reconversión social, al tiempo que industrial, consiste en que los salarios no suben, en algunos casos han bajado, los precios de los bienes de primera necesidad han subido desproporcionadamente con respecto a los salarios. Nuestro poder adquisitivo ha caído en picado y nuestro bienestar social se ha resentido en la misma proporción. Adaptación en definitiva.

Hay que hacerse a la idea de que con la nómina/pensión que tenemos, que no va a subir, tenemos que vivir de la mejor manera posible. Para ello no hay mas soluciones que privarnos de algunas cosas que antes teníamos a nuestro alcance, gimnasio, club deportivo, viajes, aficiones (caza, moto, caballos, etc…). Adiós a los caprichos.

Cosas prioritarias que debemos pagar más o menos en este orden, hipoteca, colegios, préstamo coche, gastos comunidad, impuestos, contribuciones, seguros, electricidad, gas, agua, supermercado diario, ropa y si después de todo esto queda algo, vicios. No nos llega.

Conclusión, nos toca jodernos, nos toca terminar esta etapa de nuestra existencia jodidos y que nadie espere milagritos, no existen. Debemos adaptar nuestros ingresos a vivir de la mejor manera posible, educar a nuestros hijos  y darles los mejores estudios, tener algún capricho y poco más. 

Perdón por este artículo tan crudo, pesimista, depresivo y por los tacos, que últimamente están de moda,  pero es lo que hay. Que nadie se cree falsas expectativas e ilusiones. Únicamente cabe esperar una herencia, una bonoloto o una lotería, nada más.